GAUPA continúa abriendo nuevos caminos con su mezcla única de doom, psicodelia, folk y metal. Tras su reverenciado debut homónimo, su nuevo álbum «FEBERDRÖM» mantiene la fórmula usada. Ocho sólidas canciones que se desarrollan en oscuras atmósferas y que nos ofrecen épicos paisajes sonoros. Con su cantante Emma Näslund llevando el protagonismo con su maravillosa voz, sobre unos temas que toman elementos de metal progresivo y vientos folk en sus acordes. En algún lugar leí una definición que suscribo completamente: «Es como si Björk hubiera sucumbido a los sonidos de metal» (o algo así). Esta frase podría definir a la perfección el contenido de unos temas en los que la lírica y sensual voz de Emma, se conjuga con un bajo crudo y crujiente (¡¡que bajo!!) sobre complejas estructuras más propias del post-metal en una mirada hacia el pasado a través de los ecos progresivos. Esos ecos de la escena sueca que se reflejan en esa vocación progg innata en la banda en este relato de cuentos de hadas y de las tinieblas más profundas. Una penumbra de la que sale ese rayo de esperanza a través de las sugerentes y delicadas melodías vocales para que el resultado sea completamente brillante y apetecible. La melancolía como inspiración para desarrollar oscuros temas en sus atmósferas psico-progresivas que ya vimos en su debut. Los fans de bandas como Hällas tiene aquí un lugar en el que experimentar.
‘FEBERDRÖM» está disponible vía Kozmik Artifatz, y GAUPA está formado por Emma Näslund (Voz), David Rosberg (Guitarras), Daniel Nygren (Guitarras), Erik Jerka Sävström (bajo) y Jimmy Hurtig (Batería).
«Vakuum» se muestra áspero y difuso en comienzo para pasar a un estado en el que psicodelia envolvente y las mágicas guitarras nos seducen entre coros y nebulosas de las que sale la majestuosa voz de Emma Näslund, todo un prodigo que va a marcar el devenir de todo el álbum. Registro entre el heavy-rock y el blues con altas dosis líricas se ejecutan con mesura en los imponentes y narcóticos ritmos. Haciéndose dueña del tema la banda hace un buen ejercicio compositivo al incorporar sutiles y y angelicales coros. Siempre en el momento oportuno. Un parón nos marca un descenso a pasajes de psicodelia atractiva antes de concluir con pasajes stoner de gran fuerza y épica.
Entre riffs stoner y tonalidades retro progresivas, «Where Emperors Grow» se adereza con exóticos aromas orientales entre otro derroche vocal. El poderos bajo y su dinámico e hipnótico ritmo contrasta con la fuerzas de las melodías en esos tonos pseudo-orientales. Con tambores que retumban y la densa instrumentación los pasajes vocales se llenas de épica en un ejercicio lírico que relata mágicos cuentos del pasado, para mostrarse esplendoroso.
Dulces y delicados acordes abren «Hjulet». entre efectos una explosión de luz emerge de las tinieblas. El magnético bajo de Erik Jerka Sävström acompaña la sensual voz bajo leves acordes de guitarra. La dulzura roba protagonismo a la pesadez en esas atmósferas psico-progresivas que se construyen bajo una gran producción. EL corte parece contenerse constantemente, como si quisiera explotar, pero sin llegar a hacerlo nunca (o casi nunca). Esta es una de las características que se repite en algunos de los temas, una estructura que apunta hacia arriba pero que no termina de eclosionar como apunta. El corte es una perfecto escenario para el lucimiento de las habilidades de su bajista y de esa voz llena de lírica que constantemente nos seduce con su hechizante registro. La sucesión de pasajes de metal melódico se van intercalando con algún tonos folk en un tema mágico y misterio.
En tonos narrativos, el cuarteto sueco, con una atmosférica introducción, nos abren las puertas de «Grycksbo Gånglåt». Un tema hard-progresivo que deja espacios para la calma. Allí la acaramelada y seductora voz encuentra el espacio para su lucimiento. Ondulando en esas tenues atmósferas con reminiscencias folk y mucho progg, las armonías ondulan entre sostenidos nítidamente folkies. Desde la lírica el tema emerge evolucionando a majestuosos post-metal en los que las virtuosas guitarra afloran adornando la fornida y monolítica base rítmica.
Esa narrativa de cuentos y leyendas para ser la llama que prende los temas de GAUPA.
Debatiéndose entre la lúgubre psicodelia y los desarrollos progresivos «Mjölksyra» eclosiona en espesos riffs pseudo-doom antes de retomar la lírica con sus delicadas melodías. Aunando diferentes estilos, el tema nos ofrece delicados paisajes llenos de belleza y poesía cercanos a postulados post-rock, para eclosionar con la contundencia doom y post-metal. Una atractiva combinación de belleza y fuerza hace que sus textura cambien de sedosas o rugosas con gran habilidad.
Perturbador y dulce a su vez, «Alfahonan (Shooting Blanks)», se desgarra entre plomizos riffs y la, en esta ocasión, atormentada voz de Emma. Crudo, crujiente y seductor a su vez el tema se desarrolla en oscuras atmósferas llenas de épica. Fornido y poderoso, sigue conjugan la contundencia con la pausa. Una narrativa de relato de misterio sirve de argumento a corte de metal, menos melódico en el que el bajo vuelve a golpearnos con toda su fuerza en momentos en los que las vibraciones metálicas se adueñan del tema. Si no estuvieran bastante, los tambores de Jimmy Hurtig son aporreados con virulencia logrando que tema adquiera un aspecto musculoso.
«Totemdjur» saca a relucir el lado más pesado y metálico de los suecos. Dinamismo y fuerza por la senda heavy-rock con pegadizos riffs y un frenesí de ritmos que hacen encajar el arriesgado contraste entre el stoner y la lírica de su vocalista. Vertiginoso y perturbador la tormenta se cierne sobre nosotros con voces y coros que adquieren tonos ocultistas. El corte habita entre tinieblas perfectamente construidas.
El tema mas largo de todo el álbum, «Klarvaken» abre con susurrantes acordes psicodélicos de la que aflora esa mágica y cálida voz. Un espacio de completa calma que se eleva cadenciosamente. Sus coros nos hechizan entre bellos acordes en desarrollos con un aura progresiva que arropa y protege los coros celestiales. Coqueteos post-rock marcan el regreso del poderoso y crujiente bajo que va marcando el camino por el que se va a desarrollar el corte. EL tema posee una gran riqueza compositiva que se refleja en pasajes sinfónicos en ese espacio de oscuridad en el que «FEBERDRÖM» se desarrolla. Con dos niveles distintos, las guitarras y efectos y la atormentada voz crean un ambiente de tensión de grandes proporciones.