En la última jornada del festival todavía nos quedaban emociones fuertes por vivir. El cansancio de los dos intensos días previos se hacía notar, pero la oferta musical que nos esperaba hacía que las ganas de seguir disfrutando estuvieran todavía intactas.
En este día había había habido dos cancelaciones, la de los tejanos DUEL y la de los escoceses SLOMATICS. La primera se había resuelto con la incorporación de SPACE VENTURA que abrieron el día, a los que no llegamos a ver, y la segunda con una jam session a cargo de Sula Bassana, Lulu Neudeck de ELECTRIC MOON, acompañados de los neozelandeses ARC OF ASCENT y Bill, el cantante de BUSHFIRE, lo cual fue todo un regalo para los allí presentes.
HIGH FIGHTER descargaban altas dosis de heavy y sludge, con el carisma y la fuerza de su vocalista Mona al frente y bajo un sol de justicia, lo que invitaba a visitar los bares de los aledaños del escenario pequeño y dar buena cuenta del aperitivo.
Ya en el escenario principal los británicos THE FIERCE & THE DEAD hacían sonar los primeros riffs de «Truck». Era la primera ocasión que los veía en directo y lo cierto es que no me defraudaron en absoluto. Con un show basado principalmente en temas de su último álbum como «Verbose», «Dancing robots» o «1991» su forma de interpretar la piscodelia con altas dosis progresivas y algún guiño kraut, logró enganchar a los presentes a pesar de la hora. Los rifss de Matt Stevens eran secundados con una solvente base rítmica para completar un show de alto nivel en el que no faltó la pesadez. Posiblemente en otro horario la banda hubiera brillado más, pero aún así, hay que felicitarles por su actuación.
El público no era consciente de lo que nos llegaba a continuación hasta que Volker anunció a ELECTRIC PUHA (este fue el nombre que Sula dio a la jam que congregaba a miembros de ELECTRIC MOON y de ARC OF ASCENT acompañados por la voz del cantante de BUSHFIRE). Músicos libres de ataduras improvisando jams lisérgicas para conformar un momento único e irrepetible que siempre quedará en nuestras retinas. Cumpliendo la máxima que siempre repito, cuando un músico disfrutar sobre un escenario, hace disfrutar a la audiencia, y ésta le devuelve el cariño transmitiendo esa satisfacción. Una grata sorpresa que nadie esperaba y que personalmente me satisfizo al poner disfrutar nuevamente de parte de ELECTRIC MOON, uno de mis objetivos en el festival.
OUTSIDEINSIDE, la joven formación de Pittsburgh, nos devolvían a los setenta con su rock atemporal. La banda, comandada por David Wheeler se sentían entusiasmados por tocar en un evento de estas características y como me comentaban tras el show, para ellos había sido algo increíble. Lo cierto es que su descarga de riffs netamente hard-rock unidos a momentos en los que el blues aparecía en sus armonías completaban una brillante actuación.
A una hora torera, una de las bandas que mas llamaban mi atención salía al escenario. Llegados desde la lejana Nueva Zelanda, ARC OF ASCENT nos habían mostrado un par horas antes de lo que podían ser capaces en su actuación junto a Sula y Lulu. Ahora Matt Cole-Baker con su bajo y al mando de las voces (en la jam había tocado la batería) los primeros acordes de «Benediction Moon» abrían su show. su repertorio recorio toda su discografía con temas como «Absolution In Light», «Godhead», «Celestial Altar», «Eye of ages», dejando patente que son una de las bandas mas solventes en esto del doom cósmico. Sumiéndonos en un trance lisérgico lleno de pesados riffs, como ya habían hecho horas antes ,el trío concluía su show con «Redemption» mientras las cabezas de los presentes subían y bajaban siguiendo sus ritmos. Otro increíble show, y ya llevábamos unos cuantos. Sobresalientes.
Llegados desde Islandia, THE VINTAGE CARAVAN aparecieron con sus mejores galas. Unos minutos antes bromeaba sobre esto con su bajista Alexander que se acicalaba en el backstage como si fuera a una boda. Seguramente el público de Freak Valley no merecía menos. Solo los 15 segundos que duró la introducción de la batería de Stefan fue la tregua que se dieron para poner toda la carne el asador y derrochar energía ante un publico muy muy caliente y no solo por el calor ambiental, sino por todo el fuego que despedían desde el escenario. «Reflection» abría las hostilidades del trío para no dejar de interactuar con el público en un continuo flujo de poses y melenas al viento. Aquellos que hemos visto su directo, sabemos a lo que nos enfrentamos, toda una descarga de energía de tres tipos que disfrutan sobre el escenario y que constantemente buscan la complicidad del público, y aquí lo estaban consiguiendo. bien con los riffs retro de temas como «Set your sight» con su guitarrista Oskar sin dejar de hacer muecas retando al público. «Babylon», el tercer tema que interpretaron, era coreado y bailado por todo el auditorio, rendido a sus pies. Acompañados por las palmas de la gente disfrutando era la mejor recompensa que podían tener. Una enrome ovación y caras de felicidad lo decían todo. A partir de ahí, el recinto ardía en llamas, un fuego que era sofocado por Klaus con una manguera en la esquina izquierda del escenario refrescando a la gente, algo que indudablemente era agradecido por todos. THE VINTAGE CARAVAN son rock en estado puro.
MONOLORD cerraban su gira de primavera y no lo pudieron hacer de una forma más salvaje. La apisonadora sueca comenzó de una forma ambiental, para no cejar en su empeño de ofrecer esos pesados riffs doom. Mika Häkki ataviado con una colorida túnica y sus gafas de sol, no dejaba de aporrear su bajo mientras la audiencia ponía a prueba su cervicales. Plomizos pero efectivos, y con gente surfeando sobre las cabezas del personal nos metieron en todo un trance durante un hora hasta «Midnight Meditation» con la que cerraron su show, La guitarra de Thomas V Jäger no resistió la embestida acabando destroza contra el escenario. ¡Contundentes como siempre!
El plato fuerte de jornada resultó ser el shusi hipnóticos de los japoneses MINAMI DEUTSCH. Mis queridos amigos cada día se consolidan más como una gran banda. Una técnica envidiable que van puliendo cada día mas ofreciendo un derroche de magnetismo en cada actuación y que sorprendió a muchos de los presentes. Sus hipnóticos ritmos kraut contagiaban a un personal que se vio seducido por su precisión y sensualidad de sus pasajes psicodélicos. Comenzando su actuación con temas de su primer álbum como «Futsu Ni Ikirenai», «Sunrise, Sunset» y «Tangled Yarn», para dejarse llevar en la parte central de su show por una jam y terminar su actuación con dos temas de su último álbum como «I’ve Seen A U.F.O», en uno de los momentos culmen de su concierto, y «Concrete ocean» con la que dieron por terminada su actuación metiéndose a los Rock Freaks en el bolsillo, que a buen seguro no olvidarán este concierto. La sensación entre los presentes fue de admiración y de incredulidad por la precisión con la que el cuarteto ejecuta sus temas y la capacidad de seducir en sus momentos más viajeros. Una precisión matemática que contagió todos los presentes. En esta ocasión, Kyotaru, Taku, Keita venían acompañados a la batería por Tatsuhiko Sugi y sus ritmos hipnóticos que consiguieron que todos bailáramos con sus temas. La banda fue despedida con una gran ovación, como había venido sucedido a la conclusión de cada tema. ¡Inconmensurables!
Ya iba acabando el fin de semana, pero todavía nos quedaba un concierto con mayúsculas. WOLMOTHER nos recordaban lo que es un concierto de rock and roll a la vieja usanza. Con una estética setentera, y un hard-rock que impedía que esos cansados cuerpos pudieran mantenerse en reposo. Temas directos y efectivos acompañados de una luminotecnia que resaltaba su propuesta, los australianos mantuvieron el nivel con gran profesionalidad. Con un repertorio en el que dieron cuenta de todos sus clásicos como «Gypsy Caravan», «Woman», «New Moon Rising», «Mind’s Eye», «California Queen» o «Joker & The Thief». Con el hard-rock por bandera la banda nos regaló más de un hora de buenas vibraciones a las que no faltó el flotador de unicornio volando sobre las cabezas de los presentes. Una ovación despidió a la banda que sonó con una nitidez endiable a lo largo de su actuación..
A veces el orden de actuaciones de las bandas en un festival puede no ser la más apropiada, pero personalmente creo que fue un acierto que tras WOLFMOTHER, y ya bien entrada la noche, el cierre corresponda a una banda de las características de GOD IS AN ASTRONAUT, lo cual es otro punto a favor de la organización del festival. Los irlandeses pusieron el broche de oro a tres días intensos en los que pudimos disfrutar de grandísimas actuaciones. El quinteto ponía el bálsamo a toda la adrenalina liberada minutos antes con sus atmosféricos sonidos y su gran despliegue de luminotecnia. Calidad por doquier en un show que comenzaba con «Epitaph» y concluía con «Helios Erebus» y en el que la banda dejó patente toda su calidad en su rock espacial con altas dosis post-rock. Una magnífica forma de dar por concluida mi primera visita a este lugar tan maravilloso y acogedor. Un espacio en el que la convivencia el civismo y las buenas vibraciones se palpan cada minuto, no en vano es un un punto de encuentro de muchos asiduos de la escena y que al rato de estar allí ya te encuentras como en casa. Es justo agradecer las facilidades dadas por la organización para poder realizar esta crónica y en especial a Jens Heide, su promotor por su hospitalidad. También a todos los que colaboran para que esto salga a la perfección, ya que hay un gran equipo que hace que todo se muy fácil. Sin ninguna duda, el próximo año estaremos de vuelta a un espacio en el que la música es la protagonista, un lugar con unas instalaciones como pocas para que todo visitante se sienta cómodo, y si a ello añadimos el maravilloso entorno en el que está enclavado la conjunción es perfecta.
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