Crónica: DESERTFEST AMBERES (Día 3, domingo)

Un Festival como Desertfest Amberes es un festival intenso, tanto por los cambios de escenario como por el ambiente que se respira. Es toda una fiesta que sirve de reunión a muchos amantes de la escena pesada de muchas nacionalidades. Y esas características hacen que, como en cualquier festival de días, la llegada el recinto se produzca con calma. Poco a poco veía a gente que su estado la noche anterior haría presagiar una enorme resaca, y bueno, unos llegaban casi como zombies, pero otros muchos lo hacían como renacidos, como si el Ave-Fenix se hubiera apoderado de sus cuerpos. Lo cierto es que las barras en las que se servía cerveza, estaban siempre abarrotadas.

En la jornada del viernes tenía varias bandas señaladas en mi agenda, una de ellas y posiblemente la principal de todo el festival, junto a mis siempre queridos MOTORPSYCHO, eran los franceses SLIFT. Así que, desde el inIcio me tome las cosas con calma y prescindí de las actuaciones de KLUDE Y LALMA, dos bandas que no despertaban mi interés, para guardar todas mis energías para SLIFT. Con una colorista y psicotrópica puesta en escena en la que las luces su fusionaban con las proyecciones creando una atmósfera hipnótica, se produjo el cortocircuito. El trío descarga embestidas de riffs que electrizaban a la concurrencia, llevándonos a una catarsis sensorial. Todas mis expectativas se vieron cumplidas tras solo dos canciones. Ese híbrido entre EARTHLESS y HAWKWIND consigue arrollar todo lo que encuentra a su paso. Solos imposibles, posturas que ponen en peligro la integridad física de sus músicos y una actitud desbordante, hacía que se convirtieran en los indiscutibles triunfadores de Desertfest Amberes 2021. Todo un cortocircuito sonoro y neural se apoderaba de los cerebros de los allí estábamos.  Embestidas de riffs ácidos, pasajes espaciales en los que los efectos y los sintetizadores nos sumergía en un agujero negro lleno de sustancias psicotrópicas. SOBRESALIENTES, completaron una hora mágica en la mejor actuación de todo el fin de semana.

Tras el shock recibido, me dirigí al Vulture Stage en el que comenzaba el show de VELVET TWO STRIPPES, una banda desconocida para mí y que tras escucharlas medio minuto despertaron mi atención. Una actuación divertida en la que tres chicas con sus guitarras y su bajo y un batería, ponían el ritmo a la tarde con una apuesta de blues y hard-rock clásico. Divertidas y fiesteras, sus momentos desgarradores ejecutando canciones de blues, contrataban con l algarabía que generaban sus temas de puro rock and roll. Otra grata sorpresa con la que no contaba.

Los siniestros REGGARDE LES HOMMES TOMBER, eran otra banda desconocida para mi, pero las referencias del folleto del festival, no me habían motivado en absoluto. Aún así, me dirigí al escenario principal, y ante mi sorpresa, el escenario se había transformado en un decorado para un aquelarre. Si en la actuación anterior SLIFT lo había llenado de color, aquí la oscuridad presidía un escenario únicamente alumbrado con distintos candelabros con velas. Los gruñidos de su cantante y su agresiva música black metal y hardcore, no estaba hecha para mí, aunque permanecía allí lo suficiente para ver la parafernalia que habían preparado en ese ritual pagano. Una puesta en escena escalofriante y una música insufrible.  

En el escenario pequeño la fiesta seguí, ahora eran los holandeses SPLINTER los encargados de amenizar la fiesta con su hard y heavy-rock del siglo pasado. Era otra de las bandas que ya había visto este verano. Sus tonos vintage y la gran actitud de su cantante, los convierten en una banda fundamental para cualquier festival. Ellos son los encargados de poner la diversión y el buen rollo. Solventes y divertidos, en su línea.

WOLVENNEST eran otra banda desconocida para mí. Pero la puesta en escena que estaban preparando antes de su actuación despertó profundamente mi curiosidad. Si la oscuridad más infernal había asistido al escenario principal hacía unos minutos, ahora las velas se multiplicaban. Acompañadas de incienso humeante y aromático y una proyección ensoñadoras y llenas de mística. Así, el combo belga desplegaba toda su magia mística entre acordes de theremín de su cantante, mientras los riffs atmosféricos mutaban a un especio de mayor pesadez. Metal- psicodélico-atmosférico-meditativo o algo así, podría ser una extraña definición a todo un ritual místico y catártico. Todo un viaje para los sentidos salido de una banda sorprendente y maravillosa. Otra gran sorpresa del fin de semana.

En el Vulture stage los contundentes doomers italianos 1782 ponían a prueba las neuronas del público con sus mazazos de doom plomizo. Fuerza, pesadez y actitud en el show del trío de Cerdeña con un gran recibimiento por parte de sus incondicionales. Solventes, el trio ofreció a la concurrencia lo que se espera de ellos, mucho músculo para poner a prueba las cervicales del personal.

En el escenario principal llegaba la hora de MONKEY3 otra banda a la que tengo un enorme cariño, y que ya había ocasión de ver tras dos meses atrás. Cualquier show de MONKEY3 es un espectáculo sensorial para los sentidos. Oído, con sus ensoñadores pasajes psicodélicos, visual, con las magníficas proyecciones y juegos de luces que llevan en su puesta en escena, y olfativo, con los aromas que afloran de los cigarros electrónicos de su guitarra boris y su teclista.  Con todo a favor, los suizos brillaron a un altísimo nivel, tanto en sus pasajes atmosféricos, con los que ponían sintonía al silencio, como en sus momentos de mayor pesadez. En ambos casos, un público extasiado, no perdía detalle a su actuación. Así lo reflejaban las caras de felicidad del personal en sus viajes interiores mientras escuchaban los mágicos acordes que salían del escenario. Una de las mejores puestas en escena del fin de semana, para arropar una actuación notable que recibí el cariño de los asistentes con una enorme ovación final.

A partir de este momento, bueno en realidad desde un rato antes, los horarios se comprimían y hacían imposible ver completos los shows restantes. El Vulture Stage seguí colapsado de gente esperando que SLOMOSA nos cegarán con sus andanadas de fuzz arenoso. Otra banda que no vió recompensado su buen hacer con un escenario de mayor de nivel. Sin duda, en próximas ocasiones abandonarán ese escenario destinado a los debutantes, porque lo mostrado en su actuación, así lo merece. Dejaron patente, que el stoner rock y el desert-rock todavía tienen vida por delante, ya que estos alquimistas del fuzz, saben lo que se hacen encima de un escenario.

Sin terminar de ver su actuación, me apresure a tomar posiciones en el Canyon Stage, donde los holandeses THE MACHINE preparaban su actuación. Una breve prueba de sonido y luces fluorescentes a modo pivotes custodiaban un escenario perfectamente dividido. En esos corralitos de luz, THE MACHINE hicieron lo que mejor saben hacer en una actuación que si bien no brilló a una altura excesiva, mantuvo un buen nivel. Su sonido más metálico y grave iba en detrimento del volumen de su cantante, algo, que deslució un poco su actuación, pero que no la malogró.

Los griegos 1000 MODS eran los encargados de echar la llave al Desert Stage. Con un recinto lleno de gente a la que ya se les notaba el paso de las horas, el cuarteto descargaba sus riffs Stoner con una actitud inquebrantable mientras los episodios de crow-surfing se repetían entre pogos diabólicos y desenfrenados. Con un predominante color amarillo en su actuación, 1000 MODS dejaban patente que son una de las bandas punteros de la escena Stoner, y a pesar de no ofrecer una actuación histórica, solventaron con solvencia la situación ofreciendo al personal lo que espera de ellos, músculo energía y ¿por qué no?, diversión. Lo cierto es que su actuación fue del agrado de la concurrencia.

Mi última banda del festival eran ACID MAMOTH. El cuarteto italiano es otra de esas bandas de doom ortodoxo, pero también es una banda que ofrece buenos paisajes psicodélicos. Durante su actuación, tuve la sensación de que su sonido en otro lugar brillaría mucho más que en aquel escenario. Sin muchos artificios, desgranaban sus temas entre oscilaciones de sus cuerpos en cada riff. Contenidos por momentos, el cuarteto logró conectar bien con un público que no quería que la fiesta acabase. Solventes, pero con la sensación de que se dejaron algo en el bolsillo.

Así daba por concluido mi periplo por el Desertfest de Amberes, un festival divertido y caliente, en el que algunas cosas pueden sorprender. Una de las cosas que comentaba el personal era el el horario de cierre de los puestos de comida y de variaos de los bares del recinto. Algo, que teniendo en cuenta la cantidad de público que está hasta última hora, quizás debería revisarse. No es descabellado intentar comer algo cuando están terminando las actuaciones, y si a eso unes que la zona al aire libre se cerraba antes de la finalización de los conciertos, las opciones se disipaban, quedando únicamente del recinto de la primera planta y una terraza abarrotada de gente fumando y comentando la jugada. En cualquier caso, esto no desmerece a una organización que trabaja con solvencia para que esto vaya adelante. Tanto el sistema de compra de fichas para la cerveza a un precio razonable de 2,60, como los servicios, así como la distribución de bares y puestos de comida, hacen de él un festival cómodo y acogedor, un festival en el que rápidamente de integras. Por otro pero, la iluminación de los dos escenarios menores, podría ser algo más generosa y versátil, pero en cualquier caso, lo verdaderamente importante es la música, y está fue sensacional.

Crónica: DESERTFEST AMBERES (Día 2, sábado)

Con el cuerpo recuperado tras la fatigosa jornada del viernes, el sábado tenía demasiados alicientes como para distraernos, Si el cartel de las primeras horas no era demasiado apetecible para mí, a media tarde se iba a complicar la cosa y tendría que elegir qué actuaciones ver al completo. Tarea difícil, así que lo mejor era comenzar con calma y priorizar.

Mi primera actuación del sábado fueron los holandeses KOMATSU. Su último álbum me había sorprendido gratamente y quería comprobar cómo sonaría aquello en vivo. Al igual que había sucedido en la jornada del viernes la oscuridad y los efectos de humo presidían el escenario de la planta superior. Con un Canyon Stage abarrotado el cuarteto golpeaba con toda su fuerza su Stoner doom de tintes atmosféricos. Una actuación solvente en la que interactuaban con el público de las primeras filas provocando esguinces cervicales entre la concurrencia. Pesados, pero lo suficientemente psicodélicos como para concluir una actuación notable, ya que a pesar de su contundencia, el sonido era de gran calidad.

En esa espera a los platos fuertes, los polacos DOPELORD ocupaban el escenario principal. Con un colorista juego de luces y ubicados como es habitual en el mismo nivel, los dos guitarras y su bajista golpeaban las neuronas del publico con su doom monolítico. Hace unos años tuve la suerte de verlos en directo abriendo para Saint Vitus, y si en aquella ocasión me sorprendieron, aquí me corroboraron que son una banda solvente y dentro de su estilo, saben bien lo que hacen. 

Uno de los alicientes que me reservaba la jornada era comprobar que recibimiento tendrían mis queridos MOHAMA SAZ, la única banda española presente en el festival, y además con una apuesta sonora diferente al griego de bandas de la edición. Toda una incógnita que se vio resuelta cuando saltaron sobre escenario ante una sal llena y expectante. Si bien la banda se presentaba sin la percusión, el cuarteto se las supo manejar para meterse al público en el bolsillo a las primeras de cambio. Una ambientación psicodélica arropaba sus incursiones por los exóticos sonidos del Mediterráneo oriental. Sus ritmos hipnóticos y sus aromas orientales hacían las delicias de un público completamente sorprendido y asombrado por la propuesta sonora de los madrileños.  Ese calor del público se reflejaba en unos músicos que gozaban con la gran acogida que estaba teniendo su actuación. De hecho, su bajista me comentaba durante la misma, en un lado del escenario, ¿‘Lo estamos petando no?’, y ciertamente así era, los cuerpos del público se balanceaban ante los coloristas psicodélicos de MOHAMA SAZ, una banda que conquistó Amberes con una nota sobresaliente. ¡Grandes!

Antes de que concluyera su actuación los británicos CONAN ocupaban el escenario principal. Allí me acerqué para tomar alguna foto cuando su actuación había comenzado. He de reconocer que CONAN no es una banda que me guste, y tras escuchar tres canciones me retiré a otros lugares más gratificantes entre una horda de fieles seguidores que balanceaban sus cabezas con virulencia al ritmo de los pesados riffs de la banda.

Los horarios se apretaban, y cuando traté de dirigirme al pequeño Vulture Stage para ver a TEMPLE FANG, la tarea fue imposible. Un espacio abarrotado de gente no me permitía acercarme al escenario a registrar su actuación, por lo que con todo el dolor de mi corazón decidí tomar una pausa y poder coger un buen sitio para la siguiente actuación en el Canyon Stage. Tras su show, algunos de los presentes que había sido la mejor actuación del festival, pero me temo, que desgraciadamente, tendré que esperar a una nueva oportunidad para comprobar su valía en vivo.

Allí las cuatro chicas suecas de MAIDAVALE, regresaban a un escenario dos años después. MAIDAVALE es una banda a la que tengo un especial cariño, y que llevo siguiendo desde sus inicios, No en vano esta era la 6º vez que las veía en directo. Con una ambientación completamente psicotrópica, y envueltas en humo como las bandas precedentes, la de Estocolmo ofrecían un show suave y experimental, algo que bien siendo una constante en la evolución de su sonido.

Llegaba la hora de una de las bandas que mas me apetecía ver, VILLAGERS OF IOANA CITY llevan haciendo bien las cosas un tiempo, y todavía no había tenido la oportunidad de verlos en directo, por fin me iba a quitar esa espina. Ubicado en el ‘foso’ junto al escenario, fui testigo de como preparaban su puesta en escena el combo griego. Su cristalino sonido y una acertada iluminación hacían que la banda desplegara todo su potencial, tanto en su lado más pesado, con en su faceta más folk. Técnicamente irreprochables, pero con un show algo frio, que me dejo con los sentimientos encontrados. Logrando transmitir toda su magia y haciendo ‘viajar’ a un público que cerraba los ojos y balanceaba suavemente su cabeza, pero también golpeando con toda la energía, en contraste con los momentos en los que la gaita tomaba el protagonismo, ahí, el jardín del Edén se abría ante nosotros. No defraudaron y cubrieron mis expectativas como una banda destacable, a pesar de que me quedé con algunas ganas de que me emocionaran más. Eso, unido al echo de que no pude terminar de ver su actuación, ya que el show de los italianos HUMULUS iba a comenzar, lo dejo como una cuenta pendiente que me quitaré en el futuro.

De vuelta al pequeño escenario Vulture Stage, compruebo el tirón que tienen HUMULUS entre el público. La sala abarrotada de gente esperando los viajes de blues pesado del trío. Y estos, sin duda, no defraudaron. Otra banda que habría merecido un escenario mejor para transmitir todo su potencial, pero que, en lugar de amedrentarse, desplegaron todo su arsenal de riffs humeantes en show solvente y emotivo.

Con los complicados horarios del sábado y el fantástico show que estaban ofreciendo HUMULUS, me fue imposible acercarme a ver BLACK RAINBOWS en un Canyon Stage hasta la bandera de gente. Imposible tarea, por lo cual era el momento adecuado para refrescar la garganta con unas cervezas y tomar posiciones en el Desert Stage para ver a una de mis bandas favoritas. Con el sabor agridulce que me había dejado el pasado agosto en el Festival Aquamaria, aquí esperaba redimirme. Siempre que he visto a Colour Haze me han llevado al éxtasis, y con la ausencia de Philip, sin teclados, ese último show me había dejado con ganas de más. Aquí con la actual formación al completo, los muniqueses, volvieron a hechizar a un recinto en el que ya no cabía mas gente. COLOUR HAZE ha perdido a su bajista de toda la vida, pero sigue vivo y gozando de una salud magnífica. Con la incorporación de Mario Oberpucher al bajo la banda suena ahora pesada, sin que esto signifique que los pasajes de psicodelia ensoñadora no aparezcan en sus shows. COLOUR HAZE es una apuesta segura en cualquier festival, y en Amberes con corroboraron cum-laude mostrándose como una banda conectaba y que se estaba divirtiendo.

Sin tiempo que perder, los belgas ATOMIC VULTURE, me llamaban al Vulture Stage con el inicio de su show. Otra banda a la que tenía muchas de ver y que tras su notable show en Desertfest Amberes, no me defraudaron, cubriendo todas mis expectativas. Una banda cohesionada que golpea con riffs poderoso con una actitud a prueba de bombas, pero que también sabe poner la pausa en sus embestidas, para proporcionar buenos momentos llevándonos de ‘viaje’.  Otros que no defraudaron, y que a buen seguro hubieran brillado mas en un escenario más grande, porque méritos para ello, tienen.

Antes de regresar al escenario principal para la actuación de COLOUR HAZE, encontré un hueco para deleitarme con el doom atmosférico de SUNNATA. Los polacos, fieles abanderados de la escena pesada de su país, ofrecieron una actuación en la que los trascendentales pasajes meditativos convivían con esas embestidas de pesadez. Un bajo portentoso y una atmósfera humeante haciendo el resto entre las monocromáticas luces azules. Si bien no es de mis bandas favoritas, tenía mucha curiosidad por ver cómo se las gastaban sobre un escenario. El tener la mente abierta musicalmente siempre me ha proporcionado emotivos momentos, y tras ver la mayor parte de su actuación, me arrodillo a buen hacer. Por poner un, pero a su actuación, un mayor volumen a las voces hubiera aportado brillo a un show terrorífico a la vez que cautivador, en el que mostraron todas sus cartas, con episodios desgarradores de sludge pegajoso contrastando con sus momentos más psicotrópicos.

Ya solo quedaba una banda en esta larga e intensa jornada de música pesada, mi día acabaría con la actuación de KADAVAR. Una banda que tiene el cariño de miles de fans fieles a sus aquelarres sonoros. Con su guitarrista y cante Lupus, mostrando un nuevo look, con gran parte de su clásica melena ausente, el trio se situaba de su forma tradicional sobre el escenario. Lupus a la izquierda, Simon a la derecha y la batería elevada de Tiger presidiendo el escenario. Con esta típica disposición sus habituales riffs no tardaban en hacer acto de presencia para poder el recinto patas arriba. De alguna manera yendo a lo seguro, optaron por un repertorio clásico, en el que los KADAVAR mas primitivos y ortodoxos, hacían las delicias de sus incondicionales. Solventes y al igual que COLOUR HAZE, con la fiabilidad alemana, ofrecieron un destacado show.

Así concluía una segunda jornada de festival que nos había proporcionado alguna grata sorpresa, varias confirmaciones, y ninguna decepción respecto al guión previsto. Era tiempo de apurar la última cerveza en el concurrido after-party para posteriormente y tomar el camino de regreso para un merecido descanso.

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