La banda madrileña publica su primer álbum ‘FROM THE TRAILS OF DESIRE’ tras la incursión en la escena pesada española con su EP debut de 2021. El trio refleja en este álbum la evolución que han tenido como músicos y como banda con canciones en las que los detallas se perciben más cuidados. Si en su primera entrega los lentos riffs Stoner-doom era su principal argumenta, aquí sus canciones exploran un territorio heavy-psych de manual. Creando canciones que se desarrollan en la oscuridad, sus atmósferas meditativas son una oportunidad para que el oyente se deje llevar expandiendo su mente a este humeante ritual psicotrópico. Esos lentos y pesados riffs que los vieron nacer dejan un espacio para desarrollar pasajes envolventes y cautivadores. Sus voces etéreas insertadas con habilidad en el momento justo hacen que las pistas adquieran una dimensión sensorial a la altura de los veteranos del género. Sin duda el álbum es el ejemplo de la evolución de una banda novel, una banda que cree en lo que hace y que trata de hacerlo mejor. Así ‘FROM THE TRAILS OF DESIRE’ se erige como un álbum solvente, un trabajo que hace de SANTA PLANTA una banda a tener en cuenta dentro de la escena nacional y europea. Su veneración por los sonidos ocultistas de bandas como ELECTRIC WIZARD o SLEEP, sigue latente en este viaje cósmico a las profundidades de la psyche. Sin demasiadas estridencias y sin renunciar a la autenticidad del género, SANTA PLANTA nos presentan un interesante álbum para los amantes del psycho-doom.
SANTA PLANTA son: Daniel Roldán-Cuartero García: Guitarra, Voz y Teclados
Lorena Zamora Blanco: Batería y Voz y Guillermo Marcos Feijóo: Bajo
La atmosférica ‘Seeds’ se desarrolla con lentos e inquietantes acordes que gravitan en una órbita psycho-doom de manual. Pesada y acolchada a partes iguales la pista se desarrolla en un entorno de oscuridad propio del género.
Con más de once minutos ‘Santa Planta’ se erige como la joya de la corona del álbum. Meditativa en su apertura, los efluvios heavy psych se suceden en una narrativa que se toma su tiempo para llegar al cenit. Envuelta en vibraciones psicodélicas la pista combina elementos Stoner-doom ofreciendo en espacio meditativo al oyente. Con hermosos y suaves desarrollos instrumentales la banda incorpora unas voces etéreas para completar el atractivo de una pista cautivadora que nos lleva más allá. Este ritual sonoro refleja la evolución de una banda que nacía siguiendo la ortodoxia y que ahora, en este segundo álbum explora vibraciones más psicodélicas. Con una melodía que parece mirar con nostalgia al pasado, los golpes doomies siguen presentes sin alterar el espíritu contemplativo de la canción.
‘Acid conclave’ parece seguir el camino por un entorno lisérgico dominado por la oscuridad en el que se brinda una salida para la expansión de la mente. Inquietante en su aspecto la pista golpea con una poderosa línea de bajo y sencillos elementos disonantes que corroboran la vocación doom de los madrileños. Este viaje astral se complementa con melodías vocales en un ritual en el que lo ocultista tiene un gran protagonismo.
No es muy habitual encontrarse con un interludio de cuatro minutos, pero ‘The dance (interludio)’ cumple su papel persistiendo en los pasajes psicodélicos como principal argumento. Sus delicados acordes de guitarra sobrevuelan una base rítmica contenida. Este lento transitar logra captar la atención del oyente para sumirlo en un trance sensorial en el que la belleza psicodelia aflora como las flores en primavera. La pista se presenta con algunas locuciones de carácter vintage.
A lo largo de sus más de diez minutos, ‘Waves’ se recrea en algunos estereotipos de la psicodelia pesada. Con una estructura que va de menos a mas en su intensidad, SANTA PLANTA crean otra bella canción psicodélica en la que no falta los elementos pesados. Un nuevo espacio para la introspección que se enriquece con hermosas melodías vocales y golpes de pesadez. En equilibrio se consigue con un desarrollo evolutivo, sin estridencias. Así consiguen un sonido cálido y cautivador para el oyente. La parte final nos brinda la oportunidad de dejarnos llevar entre cantos ensoñadores de su batería Lola. Un toque de sofisticación y magia para completar una canción ciertamente atractiva.
Las cosas se ponen más crudas y virulentas en ‘Ten thousand year plan’. Una pista con un sonido grueso y pesado que se delita de los elementos doom para solidificar su psicodelia pesada. Mucho más dinámica que el resto de las canciones, su rugosidad nos recuerda los orígenes de esta joven banda en su transición a territorios más psicotrópicos sin terminar de renunciar a su pesadez. El trabajo de la línea de bajo se consolida como un punto fuerte del corte. Aquí los riffs rompemuelles aparecen en forma de ganchos mientras las voces se tornan más desgarradoras. Así consiguen una pista monumental de puro Stoner-doom psicodélico.