Bajo una temática ocultista ‘RITUALES DE LOS ALUCIONADOS‘, el nuevo álbum del power trio mexicano, se desarrolla entre vibraciones psicodélicas que ponen banda sonora a un ritual chamánico de sonidos primitivos con el hard-rock de siempre uniéndose a la fiesta. Herederos de los pioneros de Avándaro, LA MAQUINARIA DEL SUEÑO mantiene la esencia de las primeras bandas que hacían rock en México a finales de los 60’s y primeros 70’s. Sin duda estamos ante un gran álbum de rock en el que los sonidos de la vieja escuela se reflejan décadas después sin que nada suene impostado. Desde que nacieran como banda en el año 2.012 en Ciudad de Mexico, el enérgico trio no ha tenido un camino fácil. En 2.016 publicaban su EP homónimo, y han tenido que pasar cinco años para que viera la luz este magnífico álbum auspiciado por el infatigable sello LSDR Records, todo un referente para mostrar al mundo lo que se cuece en la escena underground azteca. Sus siete temas gravitan entre el hard rock heredero de Led Zeppelin, impregnado en rock ácido de comienzos de los 70’s y la sombra de Sabbath siempre vigilante. Un sonido crudo y honesto que se envuelve en hechizantes atmósferas psicotrópicas con coloridas improvisaciones que logran crean fascinantes paisajes sonoros. ‘RITUALES DE LOS ALUCIONADOS‘ es un álbum que suena añejo, pero en el que también encontramos vibraciones stoner contemporáneas, lo que le hace sumamente atractivo. El trio puede estar orgulloso que recoger el legado de sus ancestros musicales con tanta brillantez. Son muchas las bandas mexicanas que cada poco tiempo nos sorprenden con trabajos de esta calidad, lo que me lleva a reafirmarme en que algún día debería hacer un especial sobre esta prolífica y brillante escena que tantas alegrías nos da.
LA MAQUINARIA DEL SUEÑO se formó en 2012 en la Ciudad de México, experimentando con el blues, el jazz y el rock de la vieja escuela, ofreciendo enérgicos shows en vivo. Con un largo tiempo en el circuito underground mexicano, la banda lanzó un EP homónimo en 2016 y ahora su álbum completo que les pone en primera línea de la escena mexicana.
Este nuevo Álbum concentra toda su experiencia y presenta melodías clásicas y nuevas a sus fans. ‘RITUALES DE LOS ALUCIONADOS‘ presenta a Gabrielle Pythonisse con un poema en el tema de apertura «Enterrado en la Oscuridad» y también Sergio Oscura de Satánico Pandemonium tocando guitarras adicionales. Grabado, mezclado y masterizado por Héctor Mosqueda en Grábale Estudios. El arte de este álbum proviene de Doom Peterete, bajista de la banda chilena Arteaga.
LA MAQUINARIA DEL SUEÑO son: José Alberto Morán (Batería y voz), Juan Alberto Padilla (Bajo) y José Luis Rodríguez (Guitarras).

‘Enterrado en la oscuridad’ Abre con una chamánica narración en la voz de Gabriele Pythonisse de un poema propio que crea la atmósfera de misterio y oscuridad en la que va a desarrollarse parte del álbum. Un relato inquietante y enigmático.
Con vibrantes tambores y riffs hard-rock más propios de Led Zeppelin, ‘Ayahuasca’ recupera los sonidos de los 70’s entre riffs ácidos y ecos de blues. Un tema fornido que golpea con su carácter por la senda del rock clásico. Sin duda estamos ante vibraciones mil veces transitadas, pero que en manos de estos chicos funcionan. En esta ocasión la banda prescinde de las voces para crear un corte vibrante y lleno de gancho a la vieja usanza. Con una guitarra que se deja llevar en solos afilados la base rítmica nos arrolla con toda su fuerza.
Tras la descarga de energía del corte anterior, los ecos proto-metal aparecen en ‘Maldad eléctrica’. Otro tema vibrante y robusto que conjuga elementos de comienzos de los 70’s con riffs stoner al uso. Manteniendo esa atmósfera vintage, la canción borbotea con ritmos ágiles y llenos de dinamismo. Sin duda cualquier oyente podría ubicar el sonido de la banda décadas atrás, pero las embestidas arenosas le dotan de un aspecto más contemporáneo, a pesar de su indudable espíritu setentero. Si estos chicos aman el hard rock de siempre, también dejan patente su amor por la psicodelia más ácida con esa guitarra impregnada de psicotrópicos que dota de un carácter más lisérgico al tema.
‘Mujer cabeza de cuervo’ nos sumerge en una atmósfera más psicodélica que la mostrada en los temas anteriores. Una hipnótica línea de bajo y rasgueos de guitarra sirve de introducción para un corte heavy-psych de gran calidad. La duración de la canción, con sus 8 minutos, permite que la banda experimente con un trascendental relato en el que la psicodelia más trascendental se explora con gran brillo. Cálidos y pausados en su base rítmica, con pasajes cantantes en todos más sentimentales dejan paso a una explosión sónica con constantes ondulaciones. Largos desarrollos y un ritmo trepidante imprimen carácter a una sólida canción de psicodelia pesada
‘Enterré mis dientes en el desierto’ puede parecer un nombre crudo para una canción, pero si escuchas su sonido comprenderás por qué. Poderosos y arenosos riffs stoner construyen un tema áspero y rugoso con pesados sonidos como protagonistas. Aquí los ecos psicodélicos que tanto ama la banda no faltan a su cita. El tema se sustenta en unos atronadores tambores sobre los que los devaneos lisérgicos de la guitarra no cesan en todo su desarrollo. Ocho minutos que dan para una bacanal psicotrópica de gran nivel, así como para golpear con fuerza sobre nuestras neuronas. Tras la excursión psicodélica el tema sin salirse del guion, concluye retomando la pesadez sin renunciar a la los impactantes pasaje heavy-psych.
Crujiendo y bajo una cortina nebulosa ‘Ángel de fuego’ coquetea con sonidos oscuros. Melodías cálidas y trascendentales se insertan entre sus desérticos riffs en una sima tenebrosa en la que el tema se enturbia. Proto-doom y psicodelia pesada unidos en una causa común con un resultado impactante. El legado de Sabbath se vislumbra en unos surcos psicotrópicos entre los que encontramos un buen trabajo armónico.
El álbum cierra con otro tema de larga duración. Con sus más de ocho minutos, ‘La ninfa del agua’ pone el broche final a un álbum interesante y sólido. Entre ecos de blues ácido y ritmos de puro hard-rock el tema vibra chispeante entre vibraciones añejas. Nuevamente evocando a los pioneros de Avándaro, LA MAQUINARIA DEL SUEÑO componen una canción que se deja llevar por la psicodelia con pasajes experimentales que suponen una bacanal de sonidos lisérgicos. Ocho minutos dan para mucho, y aquí si hay algo que destaca son esos momentos en el que el blues se viste de psicodelia y rock áspero y crudo para golpear con toda su fuerza. Una canción versátil con distintas ondulaciones, tanto de intensidad como estilísticamente.