El trio de Stoner instrumental belga ATOMIC VULTURE extiende sus alas para remover el polvo cósmico con su nuevo álbum ‘MOVING TROUGH SILENCE’. Ocho canciones que gravitar en un espacio sideral en el que los riffs arenosos se impregnan de psicotrópicos entre tambores atronadores y ritmos oscilantes. Muchas son las bandas que ejecutan los legados del Stoner prescindiendo de voces, pero no todas son capaces de transmitir como lo hacen los belgas. Un groovy pesado y polvoriento va creando una atmósfera difusa con un fuerte carácter seductor con el que consiguen enchanchar con el oyente. Incorporando algunos elementos post-metal, su psicodelia pesada adquiere tonos siderales en un viaje sin final a los confines del universo. El silencio de este espacio intergaláctico se conjuga con vibraciones de puro desert-rock en un ejercicio compositivo bien elaborado que, sin caer en lo anodino, hace que sus canciones tengan los suficientes alicientes para que el oyente se siente partícipe de su narrativa. Un álbum psicotrópico con muchos ritmos pesados que por momentos coquetean con el doom y el metal sin perder su carácter narcótico. Con la conjunción del crujiente sonido de su bajo y los majestuosos tambores junto a los finos desarrollos de guitarra, consiguen el equilibrio en cada canción. Aportando siempre una salida que nos separa del camino, los temas ondulan ofreciendo momentos de cruda pesadez, en contraste con otros en los que los mágicos entornos psicodélicos aparecen para extasiar nuestros sentidos. Esta dualidad hace que el álbum sea atractivo tanto para los fieles de las vibraciones mas pesadas como para los amantes de la psicodelia más exótica. Estamos ante uno de los álbumes más interesantes de stoner instrumental y psicodelia pesada de lo que llevamos de año, un album que corrobora la calidad que atesoran ATOMIC VULTURE.
ATOMIC VULTURE son: Pascal David (guitarra), Kris Hoornaert (bajo) y Jens Van Hollebeke (batería).
‘MOVING TROUGH SILENCE’ está disponible vía Polderrecords.

El álbum arranca con los chamánicos acordes de ‘Eclipse’. Un tema que parte de una atmósfera heavy-psych para explorar los confines del stoner instrumental. En esa dualidad el tema golpea con gruesos riffs entre desarrollos de guitarra que nos trasladan a una dimensión sensorial fuera de lo terrenal. Entre arrancadas de fuerza el tema eclosiona con toda su crudeza entre efectos psicotrópicos y hordas de fuzz intoxicante. Con constante giros el bajo cruje majestuoso mientras la base del corte se inspira en elementos exóticos en una combinación verdaderamente atractiva.
Mucho más rugoso, ‘Mashika deathride’ muestra al trio con todo su potencial intacto. Pesados riffs ondulan entre ritmos contundentes reflejando la faceta más plomiza de la banda. En un escenario nítidamente stoner, los desarrollos avanzan con fuerza entre solos de guitarra que vuelven a aportar el lado más lisérgico de la banda. En tonos coloristas el tema nos arrolla con su descarga de fuzz y sus poderosos tambores. Repitiendo la estructura compositiva con parones y giros en la trama el tema explora insondables espacios de psicodelia pesada arropado por un cadente bajo lleno de magnetismo. Con alguna incursión en oscuros entornos la canción ofrece un lado luminoso que no nos hace caer en lo depresivo, sino todo lo contrario.
Con riffs de vocación retro, ‘Coaxium’ transita por áridos espacios stoner ortodoxos. Con una cierta inclinación doom, el corte va evolucionando a entornos psicodélicos, una constante que encontramos en la mayoría de las canciones del álbum. Combinando sonidos graves con afilados solos consiguen crear otro tema impactante con mucho gancho. Todo un castigador de cuellos que rápidamente contagia toda su energía.
‘Cosmic dance’ sirve de reposo para el guerrero tras la batalla de corte anterior. Los espacios mágicos se abren ante nosotros en un tema que transmite un cierto misterio, pero que nos invita a una exploración psicodélica mucho más sosegada. Sin renunciar a sus poderosos tambores, el tema incursiona en la frontera de la psicodelia con el mundo post-rock. Envuelto en un extasíate brebaje sonoro el tema no duda en flirtear con desarrollos más elaborados que incluso rozan lo progresivo. Un corte lleno de épica que eleva la intensidad con pasajes verdaderamente mágicos.
‘Intergalactic takeoff’ se desarrolla en un ambiente desértico. Ritmo trepidante y una imponente descarga de fuzz construyen un tema fornido que golpea por la senda del desert-rock más ortodoxo. Pesado, pero a la vez con la suficiente capacidad para seducir al oyente con sus giros y cambios de ritmo para llevarnos a una atmósfera lisérgica en la que los ásperos riffs golpean duro.
ATOMIC VULTURE saben con construir temas sólidos y atrayentes. ‘Spining the titans’ con guiños de metal, se desboca en un torrente de riffs que se repiten entre su sólida base rítmica. En un escenario tórrido el tema parece avanzar a trompicones, pero en su deambular se inclina a un entorno más propio del post-metal, algo que suele ser habitual en sus composiciones. Dejando siempre momentos para llevarnos de ‘viaje’ el tema muta su sonido para describir paisajes de ensueño con cierto exotismo. Sus difusos sonidos se cristalizan con los solos de guitarra para mostrar un sonido más nítido y cristalino sin terminar de abandonar los dictados del metal. Los nueve minutos del tema, permite al trio explorar distintos escenarios sonoros, y en todos se percibe la solvencia de la banda para construir canciones que fácilmente enganchan al oyente a su narrativa.
Inmersos en atmósferas heavy-psych ‘Space rat’ ondula entre desarrollos de guitarra floridos y una instrumentación turbia y pesada. Esa combinación es uno de los principales alicientes del tema y por ende, del resto del álbum. Con una tormenta arenosa la canción intensifica su ritmo convirtiéndose en todo un monstruo del desierto. Poderosa, narcótica y llena de ritmo, consiguen conjugar sus dos vocaciones, el Stoner y la psicodelia. La gruesa y crujiente línea de bajo aparece aquí mucho más nítida, mientras la guitarra se deja llevar por solos ácidos de gran atractivo. Todo un frenesí que nos deja extasiados.
Para cerrar el álbum, los belgas eligen los sonidos atmosféricos de ‘Astral dream’. Partiendo de una ambientación casi espacial, el polvo cósmico gravita flotante entre efectos para crear ese decorado perfecto para su propuesta sonora. Con sus doce minutos, la canción supone una oportunidad para desarrollar todo su potencial. Sin prisa para ir dando forma al tema, los juegos armónicos van invitando al denso bajo a unirse a esta fiesta lisérgica. Con una cadencia casi doom y ornamentos pseudo-espaciales la canción se va ensamblando, reflejando el buen hacer de ATOMIC VULTURE con estas resonancias heavy-psych. El rugoso sonido y los impactantes ritmos van sacando el tema de la maleza psicotrópica para llevarlo a un entorno más arenoso. Con un carácter hipnótico la dualidad sónica del tema hace que cada armonía resulte placentera el oyente. Prescindiendo de los golpes de metal, aquí la banda su sumerge definitivamente en las narcóticas aguas de la psicodelia pesada contemporánea. Y lo hace con un gran acierto, ya que el tema, a pesar de su larga duración no contiene ni un momento para el aburrimiento. Posiblemente, estemos ante el mejor tema de un gran álbum instrumental que logra salirse de los estándares y clichés del género.
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