Tras un sorprendente y alabado debut en 2017 inspirado en el sonido de bandas como Russian Circles o Pelican, en 2.018 llegó su confirmación como una banda sólida con la publicación de su segundo álbum ‘II’ , con pasajes más progresivos y guiños al post-metal. Ahora ‘III’ cierra la trilogía ratificando la maduración del sonido de la banda. Un álbum lleno de matices que transita por la senda instrumental de la psicodelia pesada, el post-rock y en el que los ecos post-metal y stoner están muy presentes. Sus bellas y delicadas melodías consiguen transmitir un estado de bienestar al oyente que le hace sentirse partícipe de la narrativa de los argentinos. Si los elementos espaciales aparecen con mesura, los momentos de metal, algo más presentes, también están perfectamente perfilados. Pero el verdadero aval del trio es saber equilibrar los momentos más sosegados con esos pasajes más pesados y crujientes. Diseñando los temas de esta manera, siempre vamos a encontrarnos en las canciones laderas confortables y acolchadas, con escarpados barrancos en los que todo es rugoso y áspero. Una ondulación que camina por un camino circular para devolvernos al punto de partida por muy tortuosa que sea la travesía. Como abanderados de la escena psicodélica pesada del cono sur, IAH siguen dando pasos adelante en su creatividad. Solo cabe preguntarnos: ¿Por donde caminarán la próxima vez?. Supongo que el tiempo nos dará la respuesta, pero mientras tanto nos disfrutaremos de este notable trabajo. Tras haber tenido que retrasar el lanzamiento del álbum, estos tiempos de pandemia pueden ser un oasis de creatividad para muchas bandas que como IAH, han visto truncadas sus expectativas de emprender una gran gira, como la que los argentinos tenían prevista por Europa. Esperemos que pueda suceder en próximas fechas. Si eso sucede IAH y tocan en tu ciudad, no deberías perdértelos.
‘III’ fue grabado en vivo en 440 Estudio, como técnico de grabación y mezcla estuvo Mario Carnerero, correspondiendo la masterización a Magnus Lindberg, Drum Doctor: Fernando Caballero, asistente de grabación: Tomás Montanaro, Guitar Doctor: Mario Carnerero, asistente: José Bazán, foto de portada: Fernando Scarpa y arte: Guillermo Scarpa.
IAH son: Juan Pablo Lucco Borlera (Bajo), Mauricio Condón (Guitarra) y José Landín (Batería).

‘Uaset’, con su once minutos, gravita en un insondable espacio sideral en el que los drones nos muestran el camino. enigmáticos espacios narrados con destreza partiendo del space-rock, para sumirnos en un placentero viaje a través de la psicodelia más reconfortante. tomándose las cosas con calma van construyendo un tema que contiene melodías de gran belleza en la frontera de la psicodelia y el post-rock. Relajantes pasajes instrumentales bajo un sonido impecable que refleja un trabajo de producción bien hecho. Bajo una atmósfera de oscuridad y vacío, el tema va gestándose sin prisas, haciendo que cada nota tenga su importancia. Un bajo magnético y sus hipnóticos acordes se elevan majestuosos dejando una estela rugosa y difusa a su paso, pero ofreciendo un ganso lo suficientemente atractivo para dejarnos extasiados con esos dulces pasajes de guitarra que repiten una y otra vez mientras todo se vuelve más majestuosos. Usando los guiños post-metal con mesura consiguen crean un tema que pasa de la sencillez y la delicadeza a la grandilocuencia gracias a sus pesados riffs. Unos riffs crujientes que golpean poderosos asomándose a precipicios doom. En la parte final el tema se deja seducir por un apacible espacio post-rock en el que los relajantes acordes consiguen transmitirnos todo el sosiego con su reconfortante belleza.
Tras el éxtasis del corte anterior, ‘Raju’ se muestra más pesado en su oscilación de intensidad. Con un sonido más cercano al post-metal, la rugosidad encuentra un remanso en el que reposar para tomar fuerzas antes de elevarse nuevamente cerrando el círculo. Predominando la crudeza el trio se deja llevar por la fuerza en detrimento de las melodías. Esto no quiere decir que los momentos exóticos no vuelvan a su cita de un tema más stoner, menos psicodélico, con menos elementos espaciales. Que mantiene esas pinceladas post-rock que tan bien sabe insertar IAH.
‘Cilene’ recupera los pasajes extasiantes con su calmada psicodelia llena de magnetismo. Manteniendo el equilibrio en esa cresta desde la que si miras para un lado oteas la psicodelia y si mirar para el otro las laderas post-rock se muestran ante ti. El trabajo de la guitarra copa el protagonismo de un tema que parece no evolucionar repitiendo su estructura, pero que finalmente se deshace de las cadenas para elevarse con sus ricos desarrollos por un escenario cercano a Colour Haze. Con una excelsa línea de bajo el corte reposa en acolchados prados sin perder su tono de melancolía, algo que es una constante en todo el trabajo.
Manteniendo la temática, ‘Ennui’ flota entre pausadas melodías manteniendo la esencia de los argentinos. Poniendo la calma, es tema flota entre bellos y reconfortantes paisajes psicodélicos. Por momentos pudieran parecer que se atascan en la misma fórmula, pero está claro que a estos chicos les gusta jugar con la combinación de calma y pesadez. Así queda de manifiesto en la parte central del tema, en la que todo se envuelve en riffs más pesados entre los devaneos lisérgicos del sonido de la guitarra. En un espacio ensoñador los acordes fluyen y se modulan en un espacio introspectivo ideal para la relajación. Un particular mundo de ensueño en el que la banda se muestra en su total plenitud, a caballo entre el sonido de Colour Haze y de bandas como Russian Circles.
Es evidente que la experimentación requiere un espacio amplio para su desarrollo y los once minutos de ‘Lo que hoy es evidente’ son prueba de ello. Con un lento génesis el tema no tiene prisa para caminar, recreándose en esos pasajes propios de IAH, el tema fluye con sosiego aportando buenas melodías con un sonido cristalino para embarcarnos en nuevo relato que no se a ciencia cierta a donde nos va a llevar. Uno de sus avales es precisamente eso, la capacidad para no señalar taxativamente el camino que recorrerán sus temas. Si bien la estructura de las canciones guarda unos patrones en los que la intensidad oscila en distintas fases, aquí parece que se deja llevar por la calma. Al menos en su primera mitad ese el argumento, porque toda cambia en su segunda parte. Ahí los sonidos más turbios hacen acto de presencia para crean un entorno aturdidor y pesado en el que los platillos estallan en una deflagración sónica que crea un ambiente inquietante. El tema retoma la calma en su epílogo diluyéndose lentamente en la lejanía.
Para cerrar este excelso álbum, ‘Una vez fue imaginario’ presenta susurrantes pasajes que respetan el silencio. En una atmósfera nebulosa en la que la psicodelia se desarrolla con brillantez. Dotando al tema de esos elementos post-rock con los que tanto les gusta coquetear, el resultado es todo un bálsamo sensorial de gran belleza. Un marco de melancolía que se deja llevar por largos desarrollos que se violentan en su parte final con crudos riffs mas propios del post-metal.