«VOLUME II» es el último trabajo juntos del dúo de Minneapolis, compuesto por el cantante y guitarra Jared Zachary y el batería Jake Allan. Tras grabar el álbum en junio de 2018 Jake fallecía tristemente a la edad de 24 años. Después de un tiempo aparcadas las grabaciones, Jared retomaba las grabaciones para mezclar los temas con el increíble resultado que tenemos ante nosotros. Profundizando en el camino explorado de aquel debut que nos maravilló en 2.016, logran crear un álbum que es todo un derroche de emociones. Denso, pesado, mágico, desgarrador, en el que el blues emana de cada riff. Un álbum que es como esa copa de buen bourbon, capaz de convertirse en tu mejor compañero en una noche de fiesta y desfreno, pero que también es capaz de aportarte el sosiego y la paz en una cálida velada a la luz de la chimenea con buena compañía. Temas que brotan como un torrente brioso que se precipita para reposar en calmados y placidos remansos. Con un cuidado trabajo de las melodías vocales, que acaban resultando el mejor homenaje a su compañero perdido. Evidentemente la voz de Jared, no es la mejor voz del mundo, pero es lo suficientemente virtuosa como para vaciarse en desgarradores momentos que te rompen el alma, pero también para ponerte los pelos de punta lamiéndote acarameladamente sobre esas melodías campestres con sabor a medio-oeste y aroma silvestre. Esas cuidadas melodías acaban seduciendo al oyente, entre riffs que arañan las paredes bajo tambores expansivos. Sus gruesos sonidos coquetean con el stoner entre armonías heavy-blues que por momentos me evocan a los suecos Maha Sohona, como que flirtean con el hard-rock clásico travestidos de The Black Keys. Blues ácidos que desprenden humo narcótico entre pasajes lisérgicos entre los que destaca una épica, incendiaria y psicotrópica versión del clásico de Cream, «Sunshine of your love». Seguramente nunca he escuchado una versión de este tema como la que contiene este «VOLUME II». En cualquiera de las cualquiera vemos al dúo dando el alma y vaciándose de una manera admirable. Puede que sea una simple alegoría del destino. Vistiéndose de un híbrido entre Springsteen y Neil Young en canciones como la sensual «Hole in my heart» sobre tonos acústicos y esa armónica mágica sonando entre montañas. Estamos ante un dúo, si, pero escuchando este álbum salido de las entrañas, jamás lo pensarías. «VOLUME II» es un álbum mágico y hechizante que rebosa emociones y sentimientos. Probablemente ya no tengamos más álbumes de BUFFALO FUZZ tal y como les hemos conocido, pero sin duda, este es su mejor legado.
Todos los temas fueron compuestos por BUFFALO FUZZ excepto «Sunshine of your love» (Cream) y fueron interpretados por Jared Zachary (voz y guitarra) Jake Allan (Batería y coros y armónica) Lizann Villatoro (coros). Con Zachary Hollander a cargo del sonido y mezcla, masterizado por David Eck y producido por Jared Zachary y Zachary Hollander, habiendo sido grabado Pearl Recording Studio en Minneapolis,
«The reaper» se sustenta en tonos retro-blues para serpentear con riffs atrayentes y unas cuidadas armonías vocales. Un tema luminoso que fluye con un gran groovy sobre dictados stoner.
Rezumando aroma a 70’s «Black sheep blues» contiene momentos llenos de garra y rugosos riffs heavy-blues. Sus desgarradores momentos muestran el lado más áspero de la banda. Sobre ritmos más propios del desierto, la producción del tema hace que brille con luz propia en esas ondulaciones repletas de rabia, mientras los riffs nos golpean una y otra vez.
«I’m on fire» sube el nivel aún mas si cabe. Sus pegadizas melodías están diseñadas para abrir en canal al oyente. Sobre desgarradores tonos que denotan una cierta tristeza se elevan entre voluminosos ritmos desérticos para acariciarnos con lamentos evocadores. Un tema denso y pesado marcado nuevamente por esas maravillosas armonías vocales y unos riffs llenos de gancho.
Bajo una ambientación rural de interior fuerte, «Bad circulation» camina entre delicadas melodías bajo punzantes riffs logrando un tema equilibrado. Salpicado de alguna pincelada psych la frescura evoca el sonido de los 90’s. Seguramente sea la versión más contenida del dúo, a pesar de no renunciar a esos arranques de garra con las guitarras envueltas en una neblina ácida.
«Buffalo stomp» es puro hard-rock divertido y dicharachero. Con sus tonos entre macarras y melodiosos, sus ritmos siguen coqueteando con el stoner. Lleno de fuerza el tema es toda una bofetada que no desdeña esos cuidados arreglos vocales. Con un gran ritmo el tema escapa en una huida hacia adelante para derrochar algunos solos asesinos en su parte final, en la que se vuelve más diabólico.
Con un aura místico, los tambores rituales y los acordes acústicos de «Can’t find my way home» consiguen crear un entorno hechizante. Aromas lisérgicos en un tema de rock primitivo y rural que camina por senda de la música americana con momentos pesados de gran fuerza entre ese clima chamánico y sus susurrantes voces.
«Too young to die» parece una completa paradoja de la vida con sus tambores retumbando entre ramalazos de riffs crujientes y delicados melodías ensoñadoras que arrastran el tema a un escenario más pesado en el que el derroche de garra y fuerza es palpable. Muy en línea The Pictureboks, no en vano estamos ante un dúo de similares características, el tema explota entre sus ensoñadoras armonías entre rugosos momentos que parecen arañar las paredes tratando de escapar.
Una de las versiones más incendiarias y ácidas del clásico de Cream, «Sunshine of your love» es uno de los grandes tesoros que esconde este «VOLUME II». Interpretada como si estuvieran inmerso en pleno viaje de ácido, el tema es un regalo para los sentidos. Dejándose llevar por sus propias emociones, consiguen un tema redondo con esta personal y humeante versión.
«Hole in my heart» rezuma ternura en tonos rurales a caballo entre Bruce Springsteen y Neil Young. La guitarra acústica y las delicadas y aterciopeladas melodías vocales. Un tema evocador de los lagos y bosques de su Minnesota natal con el sonido de la armónica creando un clima ideal con esas calmadas armonías acústicas. Una canción llena de belleza y ternura y una cierta melancolía romántica.
En contraste con el tema anterior, «My cosmic love» flota entre atmósferas más ácidas. El trabajo de las voces sobre esos pesados y lisérgicos ritmos me trae a la cabeza a los suecos Maha Sohona en una versión americana. Otro hechizante tema que corrobora la gran calidad global que tiene este maravilloso álbum. Sus nebulosas coloristas sobrevolando los tonos retros consiguen que el tema te atrape en sus fauces.
«Reaper reprise», con menos de un minuto sirve de epílogo a modo de réquiem con coros a capella sobre tímidos acordes acústicos que se diluyen como una premonición.
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