Tras un largo periodo de gestación y trabajo ya está aquí el cuarto álbum de los barceloneses SATURNA. Inspirados por las vibraciones del proto-metal y el hard setentero de las que son fieles seguidores «ATLANTIS» se debate en esa encrucijada en la que los riffs contundentes y pegadizos conviven con buenas melodías vocales herederas del blues-rock mas desgarrado y las vastas llanuras desérticas. Un ejercicio del rock clásico en pleno siglo XXI demostrando que el stoner mas ortodoxo puede estar perdiendo fuerza y que la sombra de Black Sabbath sigue siendo muy alargada convirtiendose en una fuente inagotable de inspiración. Pegadizos ritmos retro que galopan a toda velocidad guiados por la fantástica voz de James y sus contagiosos estribillos que te atrapan en sus fauces. Un efectivo trabajo compositivo en el que nada para haberse dejado al azar. Aderezando algunas de sus armonías con toques de blues humeante no dudan en incorporar elementos de psicodelia en este paseo contemporáneo por el pasado más glorioso del rock. Un pasado que sigue estando presente en su punto de mira y que es trasmitido a cada uno de sus temas con personalidad propia y mostrado una madurez que se traduce en temas más ricos en su estructura. Letras que reflejan la visión de la vida de James hacen que cada tema tenga vida propia. Seguramente puedas escuchar aquí muchas vibraciones que no te resulten desconocidas, y precisamente ahí reside su encanto. Solidez y buen hacer que esperemos disfrutar en directo próximamente. En la grabación del álbum participó Oscar antes de que dejara la banda hace unos meses. En la presentación que la banda hará en alicante, así como en sus próximos conciertos participará Alexandre (Ex-Prisma Circus). Una magnífica portada obra de Jondis es el envoltorio perfecto para un contenido grandioso.
Desde los primeros de riffs de «Black Purple» queda patente la esencia de «ATLANTIS». Divertidos y potentes riffs retro en los que el hard y stoner se fusionan en una causa común. Repitiendo esos riffs, James va guiando el corte a su capricho con un groovy dicharachero que rescata la esencia del rock and roll. Solos hirientes con una incansable base rítmica que no se da un momento de tregua.
Si en el tema anterior queda claro la capacidad vocal, «Standing still» no hace sino corroborarlo. Rock clásico de altos vuelos con un gran tempo rítmico que desciende por momentos a espacios más lisérgicos para is ondulando en su peregrinación entre tiempos medios.
«Get over» es un ejercicio de hard rock con estribillos pegadizos con una cadencia melódica que nace de postulados vocales más propios de Sabbath para contonearse y seducirnos por la senda del retro-rock. Ritmo infatigable entre brillantes guitarras en otro tema de fácil digestión.
«Way too long» es un tema que la banda viene incluyendo en sus shows desde hace tiempo. Con algún guiño Sabbath, aquí descienden a escenarios más lisérgicos. Manteniendo la esencia setentera caminan por el lado sosegado con bellos pasajes de guitarra.
Dejando claro que no solo de pesados sonidos vive SATURNA, una magnetica calma es el entorno en el que se desarrollan alguno de los temas como «Dusk and down». Ensoñadoras atmósferas lisérgicas que adoptan forma de balada ofrecen el lado mas tierno y dulce de la banda.
Si hay algo que aparece con frecuencia en muchos de los temas es la herencia Sabbathica de los barceloneses. prueba de ello, temas como «Ahead» o «Last forever». En ese debate continuo entre el hard rock y el proto-metal, el primero de ellos ofrece una visión más des´sertica con sus solos humeantes en los que el fuzz aparece imponenete, mientrás el segundo se desarrolla en un entorno de oscuridad. Menos frenético, pero no ello menos intenso sus hirientes solos acaban sucumbiendo a las vibraciones setenteras más al uso.
Tanto «Atlantis in bloom» como «Distan shores» se recuestan en escenario de blues rock con tintes retro. Calma y sentimiento reflejados la belleza de sus acordes entre humeantes espacios psicodélicos que por momentos llegan a evocarme al mismísimo Robin Trower. Sonidos vintage que siguen estando vigentes en el siglo XXI.