Los pioneros del rock desértico más atmosférico YAWNING MAN están de regreso con su nuevo álbum «MACEDONIAN LINES». Un año después de la publicación de su aclamado «THE REVOLT AGAINST TIRED NOISES» repiten con el sello Heavy Psych Sounds en esta nueva entrega. Según palabras de la propia banda, estamos ante un trabajo más oscuro y pesado, pero lo cierto es que la magia que Mario Lalli y Gary Arce tienen para transmitir las sensaciones más lánguidas del desierto aparecen en unos surcos llenos de belleza. Las bellas texturas de la guitarra de Gary son complementadas con el músculo y la pesadez que aporta el bajo de Mario. El álbum fue creado desde improvisaciones en vivo que son rescatadas con fluidez sobre bellas melodías. Un equilibrio constante que hace que cada tema de nos aporte nuevas sensaciones. Con un sonido que podría confundirse con muchas propuestas post-rock pero que nace y describe las vastas y yermas llanuras desérticas desde un tono de nostalgia y melancolía. Una tristeza que se transmite desde la belleza de unas estructuras instrumentales que consiguen transmitir sentimientos y hacerte partícipe de ellos. Siempre con delicados acordes que aportan a cada tema una personalidad que no encontramos en otras formaciones que practican el desert-rock. «MACEDONIAN LINES» es la perfecta banda sonora para sentarte en una colina y disfrutar del lento ocaso del sol con la sombra de los cactus a tu alrededor en una sosegada mirada interior para el re-encuentro con uno mismo.
Desde el músculo que aporta el bajo de Lalli, «Virtual funeral» nace de oscuros pasajes que son coloreados con el estilismo y la elegancia de los acordes de la guitarra de Gary. Un halo de nostalgia que se percibe en un tema que se compone de tonos ocres. Cercano a postulados post-rock la magia y la soledad del desierto aporta sosiego a nuestros sentidos en cada nota. Si, es una misma estructura que se repite, pero sin resultar aburrida, que acaba llenándonos de bellas y gratificantes armonías.
El tema que da nombre al álbum, «Macedonian lines» desde un esquema parecido y repitiendo sus acordes de una manera incisiva, evoluciona en una oscura psicodelia. Como si de dos temas paralelos YAWNING MAN construyen un tema espeso, marcado por el poder de Mario a las cuatro cuerdas. La constante repetición de acordes dota de una profundidad e intensidad nada liviana. La tristeza es una constante en este trabajo, y este tema no hace sino corroborar esta afirmación. Si quieres montar una fiesta, este no es el tema que debes de poner; aquí los californianos van a otra cosa.
Desde estructuras menos ampulosas que las que normalmente vemos en bandas post-rock, «Melanconcholy Sadie» flirtea con ese tipo de vibraciones sin perder su esencia nacida de eriales lejanos. Unas armonías que nos acarician susurrantes con una fuerte carga emotiva nacida de la nostalgia y la desdicha.
El desert-rock con el que nacieron aparece de una forma pasada en «Bowie last breath». Nuevamente vemos la enorme contraposición de argumentos entre guitarra y bajo. Algo que puede parecer una lucha desigual acaba en un combate nulo. Cada instrumento mantiene su propuesta para conseguir esa atmósfera ensoñadora que nos gratifica. la belleza que Gary consigue sacar de cada nota es un punto de contrapeso entre el pulsante bajo de Mario y una batería que complementa la estructura.
Nadie puede esperar de lo surcos del álbum ecos stoner ortodoxos, no los hay, esto es otra historia. las melodías y el enorme gancho del bajo consigue crean cuadros sonoros llenos de belleza. Una constante repetida como la estructura de cada tema. «I’m not a real indian (but i play on tv)» parece una oda a los primeros moradores del lugar de nacimiento de la banda. Una añoranza y melancolía meditada y perseguida.Pasajes que transmiten emociones a lo largo de una melodías poéticas.
Cualquier fan de la banda no se sentirá defraudado con esta nueva entrega del trío en un trabajo que cierran con «I make weird choices», personalmente el tema más destacado y el que más profundamente ha calado en mí. La depresión descrita con melodías delicadas y encantadoras que obtiene su esplendor por sí mismas. Pocas bandas consiguen crear atmósferas como lo hacen YAWNING MAN, y los siete minutos de este corte son una prueba incontestable de ello. Desasosiego y liberación en un mismo envoltorio. Estamos ante un disco para despertar los sentidos desde una mirada sombría y mustia.