Con su disco debut publicado tan solo dos días antes, FREE RIDE habían programado la presentación del mismo para el viernes 31 en la Sala Republik. Para la ocasión se hacían acompañar de las bandas madrileñas WITCHES COME TO TOWN y SPACE DEER en una noche que prometía fuertes sensaciones y fiesta por todo lo alto.
A poco más de las 8 y media, y con algo de retraso respecto a la hora prevista, WITCHES COME TO TOWN daban el pistoletazo de salida a la noche. En una Sala que poco a poco iba recibiendo al personal, la banda madrileña, desconocida para muchos nos mostraba su vocación en una sala en penumbra, bajo unos focos rojos que difícilmente permitían ver claramente al a banda.
Con un arranque un poco atropellado, y una breve interrupción empezaban a calentar a un personal que ya venía predispuesto a divertirse. Una apuesta alternativa en la que Aston, su cantante lleva un peso importante por su puesta en escena. Siempre interpelando al personal, su rock alternativo con altas dosis de oscuridad, iba calando entre los asistentes.
A caballo entre el sonidos que por momentos coquetean con el metal y postulados lisérgicos iban desarrollando un show en el que fueron de menos a más y en el que brillaron más en sus partes más calmadas. Al la finalización de su actuación la concurrencia estaba ya en modo «fiesta total». pocos pero bien avenidos, la mayoría de los presentes eran conocidos de las bandas y habituales de la escena alternativa madrileña.
Tras ellos, y previa salida del local a tomar un poco de aire en una calurosa noche madrileña y una sala que ya rezumaba sudor por la energía desplegada por WITCHES COME TO TOWN, SPACE DEER subían al escenario de la pequeña Sala Republik. Numerosos problemas de sonido impedían que la banda desarrollara todo su potencial. Especialmente contrariado, su batería Rod, con los problemas de su micro que impedían que se se le escuchara de una forma normal. Afortunadamente esto se subsanó al final de su actuación.
Algún problema de su guitarrista Andrés, hacían que la banda no terminara de sentirse cómoda. Estos parones se subsanaban con la descarga stoner que efecturon durante su show y que puso las pilas a un personas que no cejaba en sus pogos. los problemas técnicos no parecían aguar la fiesta de los allí presentes. ¡¡Todos querían rock and roll !! los madrileños interpretaron algún tema no contenido en sus Ep’s como «Ghost magnet» con el que abrieron su show o «Desire». A continuación la descarga de fuzz y riffs stoner de su último trabajo con temas como «Sound of circunstance» que puso patas arriba al personal o «Sunburn».
Los madrileños nos sorprendían con una versión de «Another brick in the wall» de Pink Floyd ante el delirio de la concurrencia que en esos momentos ya había practicado algún episodio de crowdsurfing. Concluían un accidentado pero eficiente show con «Stars of stars» y un tema inédito, «March of the myers». Los problemas de sonido no consiguieron deslucir una actuación, que si bien no hizo justicia a todo el potencial que tiene el trío, fue notable.
Llegaba la hora de comprobar como sonaban estos chicos que habían sorprendido a muchos con la publicación de su Lp debut dos días antes.
Prácticamente siguiendo al dedillo el orden de los temas de su disco, comenzaban su show con «Sativa». La parte más psicodelica de la banda se mostraba en completa plenitud. Impregnados en psicotrópicos nos llevaban de «viaje» desde los primeros acordes. A continuación, dejaban patente de donde viene su sonido. La larga sombra de Nebula parece que se ha instalado definitivamente en el sonido del trío del Casar. Fuzz por doquier en temas como «Free ride», para relajarse con un fantástico grovy de tintes garageros en «Die forever».
Desplegando todo ese arsenal de fuzz, la locura llegaba con «Nowhere fast». todo un derroche de difusa pesadez por la senda que la propia banda ha trazado. Con el personal asombrado por la descarga que estaba recibiendo, los comentarios eran unánimes. Frases como «¡joder como suenan!», «¡no veas tu como han crecido»! «esto es la bomba»! se repetían entre los presentes.
Un público que casi no daba crédito a la calidad sonora de la que estaban siendo testigos. lo cierto es que tras varios meses metidos en su local de ensayo, FREE RIDE han conseguido con unos medios austeros hacer un trabajo digno de elgio, y el pasado viernes lo dejaron claro en el escenario de la Sala Republik. La locura entre los presentes iba a más y más. La fiesta estaba en su momento álgido.
Sin embargo, si comparamos el sonido de su disco y el de su actuación, optaron por imprimir mucha más psicodelia de la que contiene su primer álbum, lo cual personalmente creo que fue todo un acierto. Sin perder un ápice de fuerza, «Rolling the wheeel» sonaba explosiva. una barbaridad de polvo desértico perfectamente combinado con ecos garage tan característicos en su sonido. Muchos comentarios sobre la comparación de su sonido con bandas como Fu Manchú o especialmente Nebula, pero lo cierto es que a pesar de ser esas las bandas que dan origen a su sonido, FREE RIDE consiguen sonar a sí mismos.
El grandioso trabajo de Borja con su guitarra es todo un torbellino de buen hacer, que tiene su complemento en el potente bajo de Victor (joder como ha mejorado!!!) y la batería de un Beto que cualquier día se va comer una mosca en sus concierto, siempre con la boca abierta, jajajaja. ¡Brillantes! la noche iba pasando y el medio aforo que tenía la sala (toda una lástima que no hubieran tenido un lleno total), estaba disfrutando de lo lindo con su show.
En la parte final de su actuación contaron con una muchacha desconocida para un servidor que subió al escenario a contonearse y retorcerse al ritmo que marcaban unos FREE RIDE que seguían a lo suyo.
Lo cierto es que fue divertida nota de color. Concluían su show con «Caravan» y otro de los temas más ácidos de su álbum, «Opium», cerrando el círculo de la manera más psicodelica posible, con un Borja que jugaba con los pedales en distorsiones que se alargaban mientras algunos de los asistentes seguían volando por encima de las cabezas de un público que estaba disfrutando de un show que acabó haciéndose corto. FREE RIDE se despedían, pero ante la insistencia del personal regresaron al escenario para interpretar el clásico de THE TROGGS «Wild thing». Esperemos que pronto podamos volver a verlos sobre un escenario en mejores circunstancias, y sigan creciendo como banda como lo han hecho en estos últimos meses. Todo un derroche de fuzz humeante que merece el reconocimiento que su calidad atesora.
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