El trío británico THE BREW cerraba su gira europea en Madrid tras ocho fechas por la geografía nacional. La cita era en la Sala Caracol en un concierto organizado por Rat on Productions y Rock Camp, el primer campamento de Rock en España que celebraba su décimo aniversario. Como teloneros participaban TRI, una banda salida de dicho campamento y que cuenta entre sus miembros con algunos monitores. Siempre tiene su interés ver a una banda de la que conoces nada, y a veces te llevas gratas sorpresas como en esta ocasión. Una apuesta por el rock progresivo muy cercana a Jethro Tull ejecutada con solvencia y que dejó atónitos a los presentes. El trío intercambiaba la flauta por los teclados modelando unos temas propios, algunos interpretados por primera vez con una lograda versión de Bourre de Jethro Tull, original de J. Sebastian Bach, como la banda la presentó.
Una buena forma de entrar en calor para los venía a continuación con THE BREW. Una banda asidua a tocar en nuestro país y que sabe en qué campo juega.
El trío salía al escenario saludando al personal en castellano y de inmediato empezó con su descarga de rock a la vieja usanza. Ya sabemos de antemano que podemos ver en un show de THE BREW, una banda que en su directo me traslada a momentos pasados en la forma de desarrollar sus actuaciones. Aquellos conciertos en los que nunca falta un buen solo de guitarra y otro del batería.
Con una primera parte del show más centrada en temas de su último disco como ‘Gin soaked loving queen’ o ‘Seven days too long’, entre otros, veíamos como su bajista Tim Smith alentaba constantemente al personal y desafiándolos con su bajo. La simbiosis artista-público se producía desde los primeros momentos. Me llamaba la atención la cantidad de personal que estaba en la Sala y que era su primera vez que veía en un concierto a los británicos. El show se desarrollaba por los derroteros del hard-rock clásico al que nos tienen acostumbrados. Con alguna fase en la que esos sonidos se stonerizaban añadiendo pesadez a un sonido impoluto. no faltaron ninguno de los clásicos de sus conciertos.
Momentos en los que Jason Barwich empezaba a rasgar su guitarra en solos diabólicos colocándosela encima de su cuello ante el delirio del personal. Los tres cuartos de entrada que presentaba la sala estaban enganchados a la banda sin perder detalle de su actuación. Multitud de teléfonos móviles grabando cada instante, cada pose, cada nueva sorpresa. Tampoco faltó a su cita el solo de batería de Kurtis Smith en el que siempre de forma «accidental» pierde una de sus baquetas para seguir tocando con su mano hasta que por arte de magia la otra baqueta salta de sus manos graciosamente y llegar el momento cumbre en el que entra en trance golpeando con absoluta virulencia los parches de su batería con sus propias manos ante la ovación y el delirio del público.
Tras interpretar varios temas más de sus anteriores álbumes llegaba otro de los momentos más apoteósicos y aplaudidos. Jason sustituía su púa por un arco de violín tocando su guitarra ante la sorpresa de muchos. Evidentemente el nombre de la banda no fue escogido al azar. Los momentos álgidos de la noche llegaban con temas como “Repeat” o “Shake the tree” en los que Tim se retorcía tocando su bajo y Jason no dejaba de dar saltos mientras tocaba y cantaba.
Tras el repaso a su último álbum, un parte enérgica que permitía a Jason interactuar con un público que no dejaba de bailar y alzar sus brazos aprobando cada riff . Tras acercarse al borde del escenario, Jason ofrecía su guitarra al público de las primeras, para que pudieran ser partícipes de sus solos, pasando de mano en mano entre los asistentes. Avanzado ya su show, llegaba la parte más psicodélica y calmada con varios temas que dejaban espacio para el lucimiento de Jason con su guitarra, dando muestras de todo su virtuosismo. Después de esa fase, llegaba la traca final en la que no falta nunca un meddley que en esta ocasión fue de temas Pink Floyd, The Who, Hendrix, etc… ante el delirio del aforo. Si es una costumbre de la banda, en cada show son distintos los temas que eligen para la ocasión. Solo hacía falta ver las caras de admiración de gente que se lo estaba pasando de lujo.
THE BREW nuevamente dejaron patente que son una banda de directo y no podían terminar su gira sin una actuación tan sobresaliente como la que ofrecieron el pasado sábado en la Sala Caracol. Una Sala que les acogió con un impecable sonido y un efectivo juego de luces. Ahora solo nos queda esperar que su próxima visita sea pronto.
DenpaFuzz 