En su octava edición y tras el cambio de ubicación desde el año pasado, la organización es esforzó en hacer en inmenso recinto en algo más acogedor. La promotora SOUND OF LIBERATION, organizadora del evento, optó por la instalación de una especie de cubo que reducía la amplitud del espacio para dar una mayor calidad al sonido. Esto, sin duda fue todo un acierto ya que las dimensiones del espacio eran descomunales y esto no impedía que la comodidad en su interior se viera afectada.
Por otro lado las instalaciones aledañas contribuían con sus comodidades y prestaciones a que todo fuera mucho más fácil y cómodo para los asistentes. Con el escenario principal en esa gran nave protegida por las paredes de ese cubo instalado permitía que toda la infraestructura de bares y puestos de comida, así como los puestos de «merchan» fueran fáciles de visitar. Por otro lado, su ubicación junto al río permitió que un segundo escenario se encontrará en la cubierta superior de un barco usado habitualmente como discoteca, y que para la ocasión se convertía en el lugar idóneo para las after-parties de después de los conciertos. Durante la tarde, se podía disfrutar de las actuaciones del barco desde la explanada situada entre el mismo y la entrada del recinto con numerosos bares y mesas, así como zona chill-out con hamacas en la parte superior y diversas actividades más. Esto siempre facilitaba la camaradería entre un personal que rápidamente interactuaba como si de una familia se tratara. Muchos re-encuentros con conocidos de la escena así como de alguna de las bandas con las que ya había coincidido en anteriores ocasiones.
Nunca suele ser tarea fácil abrir un festival, pero los noruegos THE DEVIL AND THE ALMIGHTY BLUES salieron al escenario sin ningún tipo de complejos, enganchándonos desde sus primeros riffs.
La banda ofreció un show sobresaliente a base de su blues psicodelico dejando el listón muy alto para la avalancha de buenas bandas que nos esperaban.
A continuación, uno de los fiascos del festival. Siempre desde mi particular punto vista, aunque también por los comentarios que recibía del personal, MONDO GENERATOR, con mil problemas de sonido y un NICK OLIVERI con pocas ganas de hacernos disfrutar, hizo que muchos nos trasladáramos al show acústico que WINO ofrecía en la cubierta del barco unos minutos antes de la finalización de MONDO. Indudablemente fue una mejor opción.
WINO, acompañado únicamente por una guitarraa acústica y su voz hacía las delicias el numeroso personal que estaba en la explanada situada entre el barco y el recinto principal. Los múltiples bancos y mesas situadas en ese espacio eran ocupadas por gentes que disfrutaban de una buena cerveza, reponían fuerzas y contempladas desde la calma su actuación.
De vuelta al escenario principal, nos esperaban los suizos MONKEY3, a la postre unos de los triunfadores de la jornada del viernes. Ofreciendo un show en el que sus viajes lisérgicos se convertían en autenticas embestidas de sonidos pesados ante sorpresa de la concurrencia. Sin ningún genero de dudas fue el mejor show que les he visto nunca. Absolutamente increíbles. Sin perder su esencia psicodelica y espacial, sus riffs nos golpeaban con dureza. Muchas bandas pesada quisieran tener esa fuerza.
Copando un puesto de honor en la primera jornada, teníamos todavía muchos platos fuertes por delante y los siguientes eran los californianos EARTHLESS.
Previamente había tenido la ocasión de charlar con Isaiah Mitchell en el backstage, y como siempre afrontaba su actuación con una sonrisa y su guitarra en ristre afinandola para que todo saliera perfecto. EARTHLESS es una banda que nunca defrauda y en Berlín no iba a cambiar eso. Ofrecieron una actuación en la que los interminables solos de Isaiah se alargaban y alargaban, para gozo de los presentes. Poco antes de las nueve de la noche, recibíamos con expectación a WITCH, una de las bandas esperadas y que realizó un show fornido, pero sin grandes alardes, correctos.
Sin ser una de mis banda favoritas, tenía curiosidad por verles en directo, pero no conseguí enganchar con ellos a pesar de efectuar un show correcto. Ya entrada la noche era el momento de ALL THEM WITCHES. A pesar de no venir con su teclista, consiguieron enganchar a un auditorio que llenaba el Berlín Arena convirtiéndose en otros de los triunfadores de la noche. Estos chicos tienen magia, y sus show son todo un aliciente para los sentidos.
Para cerrar la jornada, otro del destacados nos esperaban, COLOUR HAZE. Poco que decir queda ya de una banda que ha sido y sigue siendo referente para muchas bandas dentro de la psicodelia pesada contemporánea. siempre llevándonos al éxtasis y haciendo flotar al personal. Las caras de la gente lo decían todo. Si bien no fue la mejor actuación de su historia, (personalmente es la que menos buena de las veces que les he visto) los alemanes brillaron a un altísimo nivel durante hora y media.
Una nota común durante la jornada había sido el despliegue de luminotecnia y proyecciones tras el escenario, lo que añadió un plus a un gran día, con unos show difíciles de ver en un mismos día y que continuaría hasta altas horas en el after-party del barco. ¡Ese diabólico sitio!!!! Ya con la luz del nuevo día nos acostábamos para descansar de la maratoniana y sensacional jornada que habíamos tenido. había que reponer fuerzas para lo que nos esperaba el sábado.
La jornada del sábado nos reservaba emociones fuertes y alguna sorpresa. MIRROR QUEEN abrían la tarde con un concierto vigoroso, pero sin grandes alardes ante una escasa concurrencia. el personal todavía seguía reponiéndose de lo vivido en la tarde-noche del viernes. antes de finalizar su show, pasé a ver como se las gastaban R.I.P. en el escenario exterior. Lo me encontré era a su cantante con la cabeza cubierta y una especie de guadaña como micro. Otro show con altas dosis de energía en una audaz puesta en escena.
Si de algo sirven los grandes festivales, aparte de ver a tus bandas favoritas, es de encontrarte con sorpresas. La primera gran sorpresa me la dieron LUCIDVOX, Cuatro jóvenes rusas con una performance sobre el escenario en la que árboles con luces de colores y telas sobre sus instrumentos, ponían la nota de color a sus temas kraut psicodelico con tonos folk, en una de las ofertas más atrayentes. Originales y con gran gusto y saber hacer a pesar de su juventud Las proyecciones en el escenario completaban una brillante puesta en escena.
HÄLLAS, seguían dando pábulo a la puesta en escena colorista. Ataviados con ropajes medievales y rostros pintados tras el castillo que presidía una actuación que recordaba a los mejores YES, pero stonerizados. Una de las bandas que más me apetecía ver en directo y que no me defraudó.
El aroma de las bandas progresivas de los setenta se unía a resonancias más contemporáneas. tras ese viaje en el tiempo al hogar de las princesas y las hadas llegaban THE SHRINE. Esto era algo totalmente distinto. Energía y sudor a raudales. Llegaban nuevos viajes y los momentos atmosféricos regresaban al escenario con unos sobrios NAXATRAS.
Uno de los mejores juegos de luces que pudimos contemplar fue el ofrecido por los griegos. Unas luces que realzaban su elegante psicodelia. Ejecutando milimétricamente cada nota la banda se metió en el bolsillo a la audiencia. Sólo hacía unas semanas que había pasado por Madrid dejándonos, como siempre grandes sensaciones, pero verles en un marco así, sin duda multiplicó su potencial brillando como su música merece. alguna cerveza para que la jornada fuera más llevadera, y unos minutos después recibíamos otra embestida de rock a la vieja usanza.
Sin artificios, unos sublimes GREENLEAF, una vez superados los problemas previos para ajustar su sonido hasta que Arvid ajustaba el tono que precisaba, para que su voz sonara a su gusto, y con un Tomi, que daba por perdida la batalla con el técnico de sonido, comenzaban a hacer lo que mejor saben. Rock por las bravas. Arvid, recorriendo constantemente de lado a lado el escenario mientras cantaba, o durante los salvajes riffs y solos de Tomi, y dirigiéndose al público desafiante y pidiendo colaboración. Pura energía que era contagiada a un personal que estaba en todo lo alto con los suecos. ¡Enormes!
La tarde se había desarrollando de una forma impecable, pero con la llegada de los japoneses KIKAGAKU MOYO la cosa no podía sino mejorar. estos tipos son geniales, dentro y fuera del escenario. durante la tarde estuve con ellos disfrutando del karaoke metalero que se estaba desarrollando en la parte exterior. donde cualquier espontaneo podía subir a una pequeño escenario a emular a sus ídolos. Destacable un momento que compartimos juntos, cuando seis o siete tipos interpretaban el clásico de MOTORHEAD «The ace of spades«. aclamados por todos los presentes aquello se convirtió en una locura. Volviendo al hacer de KIKAGAKU MOYO, estamos ante una banda que parece no tener techo. Siempre que les he visto, me ha sucedido lo mismo. Mucha gente los veía por primera vez, yo les avisaba de que se iban a sorprender, y en Berlín me ocurrió de nuevo con varias personas. Al finalizar su show venían a decirme aquello de…»Tenías razón, son la hostia!!. Y sí, lo son. Nos llevaron a un viaje lleno de bbelazas orientales en el que el kraut rock parece cada día estar más presente. El sitar de Ryu sonaba a gloria bendita entre las guitarras y la milimétrica batería de un Go, que como siempre parece poder hacer dos cosas a la vez. Golpear su batería y estar atento de todo lo que sucede a su alrededor, tanto en el escenario como fuera de él. Posiblemente el mejor show de todo el fin de semana y los grandes triunfadores de esta edición del Desertfest Berlin.
Un publico postrado a sus pies y varios minutos de aplausos y ovaciones tras su show era la evidencia de lo que acababan de ofrecer. Pero a pesar de todo, el cierre correspondía a una de las bandas más esperadas, FU MANCHU, de la que se esperaban emociones fuertes, y era una de las favoritas de muchos de los allí presentes. Si con los japoneses todos habían flotado, ahora llegaba el turno de los pogos y los episodios de crowdsurfing. Los Californianos arrasaron con todo y con todos. Enérgicos, potentes pusieron el calor y el sudor a una noche que nuevamente nos había deparado grandes emociones. Como broche, tras retirarse, volvieron a salir para interpretar su clásico “Godzilla”, ante el delirio de los presentes.
Después de dos días intensos y agotadores, hubiera sido normal el desalojo del recinto tras ese final tan apoteósico, pero, la fiesta seguía, y numeroso personal volvía a concentrarse en ese diabólico barco, que fue la perdición de muchos con su caliente post-party.
El domingo, el cansancio hacía mella y los primeros show no contaban con el aforo al completo. El día se presentaba movido, ya que el cartel estaba lleno de músculo, heavy-rock, Stoner y metal. Poco a poco el Berlin Arena iba recibiendo al personal, mientras SWEDISH DEATH CANDY abrían la jornada. era una banda que ya había visto con anterioridad, pero que ésta vez la ví en mejor forma, ofreciendo un grandísimo show. Trás ellos las australianas STONEFIELD, alternando la psicodelia y el hard rock. De apariencia frágil, pero llenas de energía era otra de las bandas con la que me llevé una grata sorpresa por su gran espectáculo.
BLACK TUSK descargaban toneladas de riffs heavy-metal en una actuación llena de energía en la que cumplieron con el papel que se esperaba de ellos. No fueron de los que mas me emocionaron, pero lo que hicieron, lo hicieron bien.
ELECTRIC CITIZEN, con su heavy-rock acupaban el escenario con su cantante dejándose el alma en cada tema. Era la primera veza que los veía y tenía cierta curiosidad. Sin llegar a sorprenderme, no me defraudaron, ofreciendo un solvente show lleno de energía.
Era el turno de THE SKULL. Los de Chicago subían la temperatura a base de riffs trogloditas. El heavy-rock y el doom metal se apoderaban de la noche berlinesa. Subiendo los decibelios y con una puesta en escena en la que las poses agresivas y los poderosos riffs inundaban el recinto. Con estética sureña, su guitarrista, ataviado con un sombrero vaquero y la larga y rizada cabellera platino de su vocalista Eric Wagner ofrecían la mayor descarga de metal de todo el festival. Antes de comenzar show, vi a un tipo que desde el público me señalaba con una sonrisa. No era otro que Scott Reagers, el cantante de Saint Vitus, con el que había estado dos semanas antes en Madrid. Al preguntarle ¿que haces aquí? (Saint Vitus no formaba parte del cartel) su respuesta con una carcajada fue: «Hemos venido a ver a The Skull». Yo alucinaba con aquel momento, cuando el resto de miembros se unían a nosotros en la charla. Antes del plazo fuerte de la noche, llegaba el momento de otra banda de las que sorpende a la gente en los festivales. Una banda que algunos habíamos tenido ocasión de ver con anterioridad y que es todo un cañonazo.
LONG DISTANCE CALLING navegaban con sus atmosféricos sonidos entre Pink Floyd y el post-metal más faraónico, en otra actuación de muchos kilates. Rostros de incredulidad se percibían en las caras de un personal, que en su mayoría no conocía a la banda alemana, y que se estaban viendo sorprendido por todo el derroche y la majestuosidad del directo que ejecutan. Rock instrumental, pero arrasando.
El festival llegaba a su fin, y el cierre correspondía a otra banda esperada por muchos, OM. Tenía mucha curiosidad por ver a la banda de Al Cisneros, al que nunca había visto antes. SLEEP no son de mis favoritos, y me sentía más atraído por OM, sin saber muy bien a que me podía enfrentar. En la penumbra de un intenso escenario teñido de azul en el que difícilmente se podía ver a la banda los primeros riffs del bajo de Al retumbaban en el auditorio. Tras varios minutos, aquello no parecía arrancar…. Todo el show desarrollando a cámara lenta, Cada nota con pausa y atronadora, como el caminar de un perezoso, los minutos pasaban y todos los acordes seguían la misma línea, lento muyyyyyy lento.
Solo unos cuantos fanáticos disfrutaron de su liturgia, mientras el resto iban abandonado el recinto ante una apuesta plana y sin gancho. Teniendo en cuenta que eran unos de los cabezas de cartel del festival, su show no estuvo a la altura esperada. Unos pocos maravillados (muy pocos), y el resto, aburridos. Lo cierto es que siempre es un placer acudir a festival así, con una organización perfecta y en el que todos nos podíamos sentir cómodos en un entorno en el que siempre había alguna actividad paralela que realizar. Una magnífica organización, un sonido impecable y una luminotecnia a la la altura del evento completaban un festival de altísimo nivel. El trabajo realizado por SOUND OF LIBERATION ha sido inmenso. Solo falló el retraso en la llegada de su material propio, camisetas sudaderas, etc, que no llegaron a tiempo para el evento, y ahora se encuentran disponible en la página del festival.
Sin duda DESERTFEST BERLÍN, es un festival para repetir y recomendar a todo el mundo. No soy de poner nota, pero si lo tuviera que hacer, aquí sería un SOBRESALIENTE. Lo mejorcito de la escena stoner, psicodélica, doom, heavy-rock… y un público encantador en el que la armonía y la camaradería reinaban allá donde fueras. No tuve noticia de ningún incidente en todo el fin de semana, algo que por otro lado es habitual, pero allí, en ese aspecto fue impoluto. Gente amable y con que era fácil conectar.
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