Desconocidos para mí hasta el pasado mes de diciembre en el que pude verlos en su Nijmeegse (Holanda) natal abriendo el show para ROTOR. Una banda que me sorprendió por su magnífica ejecución en directo y que ahora publica su primer álbum, «CIRRUS». Una disco denso en el que el joven cuarteto desarrolla todo su potencial post-metal, doom o post-rock. Bajo oscuras atmósferas instrumentales van construyendo fornidos riffs manteniendo el equilibrio entre lo pesado y lo liviano. A veces monumentales, a veces espaciales, pero siempre si perder el rumbo. Un debut en el que miran de reojo al doom en nueve temas que siempre están envueltos en tonos grises. Conteniendo entre sus surcos bellos pasajes en los que las guitarras nos envuelven en un manto psicodélico. Pasando del metal a la sutileza (con la personalmente me quedo) consiguen un resultado notable.
«Basic operation» resumiría perfectamente la vocación de MT.ECHO. Entre el doom y el post-metal, las guitarras psicodélicas se abren camino en atmósferas en las que la tensión se masca.
Sin salir de esos entornos de oscuridad, «Lighthouse At The End of Time» parte del post-rock bajo una cadencia rítmica hipnótica antes de introducirnos en un enigmático relato en el que riffs inquietantes nos golpean con toda su fuerza. Siempre ondulando entre la pesadez y las ellas armonía acaban sucumbiendo ante éstas.
Siempre resulta complicado entrar en estos mundos sonoros, pero estos chicos tienen algo.
Siguiendo el camino marcado, el oscuro post-metal sigue presente en «Soft nothing». Un tema de estructura sencilla basado en un repetitivo riff que se va modulando y moldeando. Otro tema en el que las guitarras elegantes no faltan a su cita.
Inmersos en estructuras que se acercan al post-rock, «Don’t blink» está lleno de complejos desarrollos instrumentales que toman prestados elementos progresivos que la banda va insertando con brillantez creando un lienzo sonoro con gruesas capas de color.
Puede que estemos ante un disco depresivo, pero la cuidad ejecución hace que pueda servirnos de antídoto. «Wolves», vuelve a bellos escenarios de psicodelia pesada para mostrarse monumental. Quizás algo barroco en algún momento, el cuarteto pone momentos doom para contrarrestar. Un tema que me recuerda a algunos momentos Rotor.
El tema más dinámico de ««CIRRUS» posiblemente sea «Catena». Fuertes ritmos stoner-progresivos se aderezan con efectos espaciales. Viajando por el infinito universo entre tormentas de meteoritos consiguen llevar la nave a su destino.
«Monsters and the men who made them» o «Godcomplex» son de esos temas en los que el doom más siniestro y plomizo da paso a espacios en los que el post-metal y el post-rock conviven en armonía sobre confortables valles de hierba espesa y mullida.
Algo más experimental y progresivo «Agelast» define la oscuridad por senderos similares a los anteriores.
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