Reseña: ((C.ROSS)).- ‘Future site of C.Ross’

Al confeccionar la lista con los mejores álbumes del año y ocupando el puesto 10 del TOP 50 (mira aquí) recordé que por algún motivo había dejado a medias de escribir esta reseña del nuevo álbum de C.ROSS, el músico canadiense miembro de bandas como QUEST FOR FIRE o COMET CONTROL. Si en su anterior álbum ‘SKULL CREATOR’ se centraba más en el folk, en esta nueva entrega C.ROSS hace aflorar su lado más psicodélico en un hermoso álbum intimista que hará las delicias de cualquier fan de PINK FLOYD. El álbum perfecto para hacer una pausa y deleitarse con unos viajes sonoros llenos de emoción y bellas melodías. Ross profundiza en su mezcla única de psicodrama folk difuso y rock cósmico, combinando una composición cruda con una producción expansiva. Con ecos de Judee Sill, Duke Garwood, Syd Barrett o DEAD MEADOW, ‘FUTURE SITE OF C. ROSS’ es a la vez realista y cósmico, equilibrando riffs distorsionados, texturas de pedal steel y una acústica delicada, pero de una voz cálida y reconfortante que acaba por conquistarte en un trance narcótico. Sus floydianas camones beben del folk más oscuro pero sobre todo de la psicodelia deconfiteria. Un dulce exquisito para cualquier paladar psicodélico. Con canciones bien estructuradas con los arreglos precisos C ROSS consigue un álbum compacto, cuya narrativa siempre parece tener sentido. Lánguido y melancólico peros completamente psicodelico, sus canciones se derriten al calor de sus bellas melodías. Tras demasiado tiempo posponiendo esta reseña, ahora me quedo satisfecho, ya que C. ROSS ha compuesto un álbum mágico y terapéutico que me ha acompañado en numerosos momentos durante los últimos meses. Gracias.

El álbum fue grabado por Josh Wells en The Mango Pit (Chicago) con una grabación adicional de C. Ross en Muskoka, Ontario, y está disponible vía Echodelick Records.

C.ROSS: Guitarras, voz, bajo teclados y producción, Josh Wells: batería, percusión, teclados y producción. Eiyin Sof (voz en ‘Hcanorff’ y Aaron Goldstein (pedal steel en ‘Hcanorff’)

A ritmo lento y con elementos folk ‘Love until you’re free’ nos sume en un entorno balsámico con melodías aterciopeladas y un flujo instrumental pausado. Su languidez se va tornando más psicodélica con hermosos pasajes de guitarra y ese ritmo cadente que te atrapa. Una ceremonia catártica que no abandonará en el resto de las canciones.

A caballo entre el folk más interno y el legado de la época de Syd Barret en Pink Floyd, ‘Plant your eyes’ se va construyendo con la pausa necesaria para disfrutarlo intensamente. Eel tema avanza emulando a David Gilmour, el contraste de su melancólica melodía se alterna con un espíritu folk que se colorea con distintos elementos y todos sumamente efectivos. Si vuelta a tras el viaje nos va llevando por preciosos escenarios de fluidos cambiantes y voces acarameladas. Si escarbamos un poco más encontramos la destreza compositiva de una canción repleta de matices con los que consigue el éxito pleno. Cautivadora y balsámica, la pista muestra al músico sonando como una auténtica banda. 

El bucolismo de la west Coast aparece en los acústicos acordes de la aterciopelada ‘Hash cash ash (no one rides for free)’. Delicados pasajes de slide guitarra y la vibra floydiana acaban por atraparnos en un sueño cósmico en el que la liviana psicodelia parece susurrarnos. Una combinación efectiva que muestra la evolución del músico en su segundo álbum. Una nueva ruta que parte del mismo punto de partida pero que nos lleva a extasiantes lugares sonoros.

‘Rider destroyer’ nos hechiza con sus delicados acordes acústicos. Con algodonadas voces en la misma línea de la pista anterior me viene a la cabeza algún tema de The Wall. Esa oscuridad melancólica se adorna con un sonido de violines (¿) creando una atmósfera macilenta en forma sinfónica. La placidez presidiendo su desarrollo solo se altera con hermosas melodías que se elevan a la luz antes de apagarse lentamente.  

Sin dejar los acordes folk, ‘Lu’ repite la forma del sinfonismo unido con lo acústico en otra canción sosegada.

‘Faster tan the light’ sacude sus tambores cambiando el registro e impulsando el sonido a un espacio en algún lugar entre la americana y la psicodelia.  Con guitarras ácidas serpenteando bajo un ritmo implacable en sus nebulosos pasajes alcanza un magnetismo endiablado.

Poniendo el epílogo, ‘Unnatural light’ se nutre de efectos y reverberaciones en un trance letárgico. Sus cautivadoras melodías habitan en un silencio solo roto por una guitarra lisérgica tocada en una atmósfera difusa que ya a estas alturas resulta familiar, ya que es una de las claves de este notable álbum.  

C.ROSS

Echodelick Records