Crónica: KRACH AM BACH 2025

Cuando un festival lleva realizadas 30 ediciones, por algo será. Los que conocemos en profundidad el festival sabemos que el amor y cariño que los chicos de la organización y todo el pueblo de Beelen pone en esto, son el origen del resultado. Pero también del personal que un año tras otro repite su presencia formando parte de esta pequeña familia que es KRACH AM BACH. Esta era una edición especial para la organización, son ya muchos años haciendo felices a mas de tres millares de personas, y una vez lo consiguieron. En esta ocasión me desplacé en avión desde Madrid a Dusseldorff, donde recogí un coche de alquiler y me dirigí a dejar la maleta en el hotel. El avión había despegado con una hora de retraso, y no tuve tiempo ni para comer. Decidí que era mejor llegar a tiempo y comer algo allí en el recinto. La lluvia me acompañaba desde que salí del aeropuerto, y con cerca de dos horas de trayecto por carretera la previsión meteorológica no era muy optimista, tendríamos un fin de semana de lluvia. No me vine abajo, porque sabía que esto no era un impedimento para que la fiesta fuera épica. Ya estoy acostumbrado a la lluvia de los festivales veraniegos alemanes, pocas veces me libro, y ver la forma con la que el público se toma esa circunstancia, me motiva más para seguir visitándolos. En España estamos acostumbrados al calor y a pocas lluvias, sobre todo en verano, y se asume de otra manera diferente. Enfundado en mi chubasquero llegaba al recinto donde me iba encontrando con multitud de amigos y conocidos. El backstage era ya un hervidero de gente lque iba y venía comprobando que todo estuviera perfecto. Normalmente el primer día de festival suelo visitar la zona de acampada para encontrarme con la gente, ver el ambiente y tomar algunas fotos y videos, porque el siguiente día suele ser mas complicado. En esta ocasión la premura de tiempo y la lluvia hicieron que me inclinara a hacer esa visita el sábado en la mañana. En recinto toda estaba como siempre. Las hamacas, las sillas y los palets para que el público pueda descansar, los puestos de comida y merch en su sitio, y la hierba en buenas condiciones teniendo en cuenta el aguacero que caía. Había varias carpas con diferentes actividades y juegos para los numerosos niños que visitan el festival junto a sus padres. Es maravilloso verlos correr por allí entre melenudos bebiendo cerveza y sobre todo el ver a aquellos que acercan a la primera fila con sus grandes protectores de oídos, y que viven y disfrutan de los conciertos, a veces con caras de sorpresa, y otras pasándoselo ciertamente bien. Aquí todo es diversión, y también lo es para esos pequeños encantadores. Todo diversión,  con música ruidosa, gente variopinta, barro y charcos donde jugar, el paraíso, me encanta. En cuando a las instalaciones del recinto, me llamó la atención la ausencia del puesto de pizzas, habitual todos los años, pero finalmente no me informé del motivo por el que no estaba en esta ocasión, en la noche lo eché en falta. Las puertas acababan de abrir y la gente enfundada en chubasqueros y capas de plástico de diferentes colores, entraba al recinto con la sonrisa en su cara, sabía que se iban a divertir. La hora del comienzo del festival había llegado.    

AFTERMOVIE

VIERNES

La lluviosa jornada se iniciaba con el heavy rock de DEATHCHANT. Sin hacer prisioneros, los californianos derrochaban energía sin permitir la pausa de los que iban llegando al recinto del escenario principal. Por la vía directa, hacían que la temperatura subiera consiguiendo que todos nos pusiéramos en órbita desde el inicio del festival. Durante su actuación la lluvia hacía presagiar que la jornada sería dura.

A continuación, los suecos GAUPA tomaban el relevo en el escenario principal. Con Emma su cantante con indiscutible maestra de ceremonias no  dejaba de bailar por el escenario, y demostrando que sobre el se siente como pez en el agua. Una frontman por todo lo alto copando gran parte del protagonismo de una banda que iba desgranando canciones de su último disco, alternadas con alguna anterior. Su particular unirverso sonoro gravitaba entre sonidos alucinantes y alguna inclinación más pesada, tal y como mostraban en su último Ep. La banda recibió una magnífica acogida por parte de los presentes con una actuación que se inclinaba por momentos inclinándose a su lado más delicado, pero sin desdeñar la fuerza que poseen. Dieron la talla demostrando lo buena banda que son lo que debría auparles más entre el público de la escena.

Me trasladaba al segundo escenario para ver a KALAMATA. El trio alemán levantaba el telón en ese cautivador escenario. Ese espacio en que siempre se encuentran interesantes descubrimientos de bandas con propuestas particulares y sobre todo psicodélicas. Combinando a la perfección su psicodelia pesada con gruesos riffs Stoner y una vocación progresiva enriquecida con tonos cósmicos conseguían que sus canciones serpentearan por el lado experimental, enganchan a la audiencia con riffs que te invitaban al head banging, pero sobre todo con desarrollos instrumentales de pura psicodelia pesada. Lo cierto es que lograron conquistarme.

 

De vuelta al escenario principal para ver a HIGH DESERT QUEEN La banda venía con una formación reformada en la que se mantenían su cantante Ryan y su batería, siendo nuevos tanto su guitarrista como el bajista. Si en las dos ocasiones anteriores en las que los he visto en vivo (la última hacía solo unos meses en el SOL SONIC RIDE en Colonia) habían puesto sus cartas boca arriba, aquí no iba a ser menos. Estos rudos texanos entienden el rock an roll con la crudeza que caracteriza a los músicos del Estado de la Estrella. Podría decir que les ví más contundentes y ensamblados incluso, pero lo que no cambió fue la facilidad que tienen para enganchar al público con su Stoner polvoriento empapado en fuzz. Ryan no dejaba de de danzar y recorrer el escenario envuelto en una capa que no se deshizo de ella hasta bien avanzada su actuación. Al final de su actuación nos sorprendieron con incorporación al escenario de Emma, la cantante de GAUPA que se unía al cuarteto para interpretar una de sus últimas canciones. Fue un momento épico de energía desbordante y un buen rollo que se traducía en las sonrisas que todos tenían en sus caras. Elevando el nivel aún mas si cabe. Si ya con GAUPA, las proyecciones de Sector7G Visuals habían sido excelentes, con los tejanos la cosa no decreció, haciendo que la actuación tuviera un brillo especial.

KAHN, el trio australiano ocupaba el segundo escenario para dejarnos el que probablemente fuera el mejor show de la jornada. Nunca había visto a KHAN y era una de las bandas marcadas en mi agenda, y bufff, mis expectativas quedaron en nada con la solvencia que demostraron en su increíble show. Psicodélicos, suaves, pero sabiendo cómo gestionar sus canciones, para que siempre conectarán con el público. No era yo solo el sorprendido por el poder del trío, sino que las caras de los presentes reflejaban la incredulidad por esta sobresaliente actuación en la que dejaron claro que se saben manejar en los territorios de la psicodelia pesad sin caer en convencionalismos. Mucha calidad y un sonido que me enganchó mucho más en directo que en sus discos, y eso teniendo en cuenta que sus álbumes me enamoran. ¡¡¡Increíbles!!!, y dos semanas después podré encontrarme nuevamente en Hoflarm, ¡¡¡bien!!!. Espero con ansia ese momento.

El escenario principal recibida a la banda mas reputada de todo el fin de semana. GOD IS AN ASTRONAUT desarrollaban su actuación con la imagen de la portada de su último disco ‘ Embers copando el protagonismo en su set-list. Las proyecciones de ese misterio bosque arropaban las emanaciones de hermosas fragancias sonoras evocando un lugar en el que las hadas habitan entre bellas melodías post-rock. Dejando patente su gran talento el trio desagradaba sus canciones ante la audiencia más numerosa del día. Extasiados por momentos por los efluvios sonoros salidos del escenario, pero también sumidos en las intrigantes profundidades de ese bosque. Sus pàuadas canciones tenían un efecto mágico entre los presentes. Caras de felicidad como consecuencia de sus relajadas canciones y sus bellas melodías Un lugar en el que desataban ocasionalmente toda su fuerza haciendo que su sonido fuera más pesado y grandilocuente. Esa monumentalidad marca de la casa, nos sacaba de la melancolía predominante en sus canciones. Brillantes, dejaban claro porque eran los cabezas de cartel del día.

Con la noche ahuyentando levemente la lluvia, THE COSMIC DEAD envolvían a la audiencia en un agujero negro de frenética psicodelia kraut en un show diabólico. Con el público zarandeando sus cabezas bajos sus hipnóticos ritmos, la locura esquizofrénica se apoderaba de la noche. La guinda del pastel la ponían de nuevo los chicos de Sector7 con sus visuales líquidos creando la atmósfera perfecta para los escoceses. Su bajista pedía que apagaran las luces para sumirnos en una pesadilla psicotrópica de grandes dimensiones. Toda una locura sónica.

Ya solo quedaba una banda y el cansancio de tantas horas después del madrugón para coger el vuelo hasta Alemania hacía ya mella en mí. Pero otra de las bandas que veía por primera vez ocupaba el escenario principal. REZN bajaban el telón a la primera jornada con una particular fusión de Stoner, doom, y elementos progresivos. Después del vendaval de los escoceses THE COSMIC DEAD, comenzar con dos largas canciones atmosféricas quizás no era la mejor idea, y eso se notó a lo largo de su actuación. Tuve una sensación extraña ya que la banda sonaba firme y poderosa, pero algo lineal y sin conectar del todo con el público. Sin transmitir sensaciones interpretan sus canciones como aquel que está en la soledad de su casa. Sin interactuar con un público que recibía con disparidad su propuesta, me dejaron algo frio. Espero que en unos días en Hoflarm pueda conectar más con ellos. Un show bueno, pero extraño a partes iguales. Antes de que concluyeran su show me dirigí hacia mi hotel en busca de un merecido y necesario descanso para recuperar fuerzas para la intensa jornada que me esperaba el sábado.  

SÁBADO

La jornada empezaba con la sorpresa anunciada por la organización. Tras desayunar tranquilamente me dispuse a conducir los ocho kilómetros que separaban mi hotel del festival. Con la lluvia cayendo desde la mañana me dirigí a la zona de acampada para tomar unas fotos y videos de la gente pudiendo comprobar que nada cambia en Krach am Bach año tras año. El mismo ambiente amistoso y divertido de gente que viene a disfrutar del fin de semana en toda su extensión.

A mi llegada vi en el backstage a un numeroso grupo de personas ancianas, y pregunté a Klaus si eran vecinos siendo su respuesta una sonrisa. Estos aparecían sobre el escenario desvelando la incógnita del invitado sorpresa. Se trataba de un coro local compuesto por un par de decenas de personas interpretando canciones tradicionales ante un público que no es el suyo. A la vez el personal llegaba al recinto para escuchar a unos artistas que tampoco son los suyos. Pero esa es la magia de este festival, la hermandad y buenas vibraciones entre la gente. Cantando alguna de las canciones, los presentes disfrutaban de la sorpresa en perfecta comunión con los lugareños. Algo así solo pasa en KRACH AM BACH, bien por ellos.

La lluvia no quería que la fiesta fuera completa, pero como me dicen mis amigos alemanes, ‘tipico verano aleman’. La climatología no es un obstáculo para que un festival como este no se desarrolle con normalidad, como así ocurrió a pesar de los numerosos chubascos que cayeron en la jornada y que afortunadamente el pasto supo recibir sin que se crearan muchos charcos ni zonas completamente embarradas como en alguna edición anterior.

El combo belga MOJO & THE KITCHEN BROTHERS arrancaban la jornada en el escenario principal con su particular mezcla de blues psicodelia y sonidos setenteros. La banda me había sorprendido gratamente el pasado año en Down The Hill Festival, por lo que aquí el efecto sorpresa se había diluido. Durante su actuación tocaban todos los palos posibles, pero lo hacían con canciones ricas en matices y giros constantes. Estos jóvenes merecen más repercusión de la que tienen porque su calidad es capaz de sorprender a cualquiera que se enfrente a ellos por primera vez.

PLANISPHERE, el cuarteto de Colonia son una banda que había despertado mi interés en sus discos, y de nuevo, pude tacharlos de mi lista. Venía advertido de su capacidad para sorprender con es mezcla de post-rock, math-rock y pasajes psico-progresivos con un cierto carácter Stoner. Convincentes y queridos por el público amigo estos chicos brillaron con luz propia como una banda alejada de la fama pero que sabe bien cual es su propósito. Interesante propuesta.

De nuevo una banda que no había visto con anterioridad. THE WARLOCKS no son nuevos en esto, y su sonido psicodélico de inspiración 60’s con tonos de garaje podían ser interesantes. Lo cierto es que me encontré a una banda que no me transmitía demasiado. Sonaron bien, con profesionalidad y saber hacer, incluso por momentos incitaron al baile, pero la frialdad de su actuación no hizo honor a su trayectoria. Puede que no fuera el momento adecuado para mí. De nuevo en unos días los podré ver de nuevo en directo y quizá la cosa sea distinta.

Otra de las bandas marcadas en mi agenda eran los alemanes OAKFARM. Llegaba su hora y me dirigí al segundo escenario para no perderme su actuación. Pude intercambiar unas palabras con ellos instantes antes de que saltarán al escenario donde me dieron pistas de lo que me esperaba. Con una introducción y enlazando dos canciones como si de una Jam se tratará, pasaban a canciones con ese sabor añejo que me había enamorado al escuchar su disco. Rock de siempre empapado en psicodelia, con unas gotas de blues en sus entrañas y un aderezo de riffs pesados revitalizando ese sonido atemporal. Un concierto a la vieja usanza, con un buen cantante, guitarras asesinas y una base rítmica poderosa, ¿se puede pedir más? El joven trio se mostró como una banda veterana con una ejecución impecable en la que combinaban deliciosas melodías con la contundencia del rock más crudo de antaño. Fueron despedidos con la aprobación de la audiencia mostrando enormes muestras de admiración. Estos chicos merecen mas.

TO-YO eran una incógnita para mí. Los japoneses que siguen los pasos de bandas como Kikagaku Moyo o Minami Deutsch tardaban en arrancar con un comienzo frío que poco a poco iban calentando sus efluvios lisérgicos. Entre tonos orientales y psicodelia ensoñadora el cuarteto explotaba un territorio onírico con una dupla de guitarra muy talentosa. Su frialdad explotaba por momentos con una pesadez increíble. Con un sonido poderoso y cristalino volvía a dejarse llevar por oníricas melodías con sabor a almíbar. Sus dos guitarras creando paisajes sonoros volátiles no parecían ser argumento suficiente para parte de la audiencia, que despertaba del letargo cuando la banda subia la intensidad. Aproveché para disfrutarlos sentado junto al escenario mientras me percataba que todo el auditorio estaba pendiente de su actuación. Su poder magnético me acabo de convencer y por lo visto, no fui el único, ya que el final del show estuvo repleto de bailes entre una audiencia disfrutona a pesar de que ya se empezaba a notar el cansancio. El público les despidió con una estruendosa ovación tras su traca final en un show en que cocieron a fuego lento a la audiencia para,omo buenos cocineros, darles el golpe de fuego final.

A los portugueses DESERT SMOKE le había visto en Madrid tres días antes y tenía claro lo que nos esperaba. La banda había emprendido ruta por carretera desde Madrid y habían tenido problemas con una rueda, lo que hizo que casi viaje se alargara. Pero su actitud al ver el ambiente del festival hizo que eso se olvidara. Hice las presentaciones entre ellos y la organización y pude ver con la ilusión con la que salían al escenario. Con esa voluntad de darlo todo ante un público que sabe apreciar bandas como ellos, sus dos guitarras diabólicas alternaban su psicodelia ácida con las arenas del desierto.

Por fin llegaba el momento de ver a ELEPHANT TREE en directo, algo que por unas circunstancias u otras, siempre me había sido imposible. Hacía unas semanas coincidí con su cantante y bajista Peter en Freak Valley, donde le comenté esta circunstancia y por fin había llegado la hora. Esos tipos divertidos con los que había estado tomando cervezas entre risas y partidas de futbolín en el backstage hacía unos momentos, ahora salían al escenario principal como grande ídolos ante una multitud con muchas ganas de ellos. Desde la primera canción los británicos destaparon el tarro de las esencias entre saltos, cabriolas y headbanging. Su enérgica actuación contaba con la alternancia en las voces etéreas y esas melodías melancólicas acertadamente mestizadas con rugosos riffs stoner doom. Divertidos e interactuando con el público la banda se mostraba como yo me la había imaginado, potente y melódica la vez. Con canciones coreadas como himnos, el público disfrutaba de una actuación descomunal en la que no faltaron recuerdos para seres fallecidos y un homenaje final a Ozzy con un cover de Black Sabbath con el que cerraron su actuación. Por fin me quité la espina.

Noqueado y gratificado por la actuación de ELEPHANT TREE, tras tomar una cerveza llegué al segundo escenario para ver a FEEZY. Me habían advertido de la creatividad de los alemanes, pero su locura noise, post-metal y psicodélica no terminó de conectar conmigo. Lo que escuché tenía calidad, pero seguramente no era el momento apropiado para mí para enfrentarme a esta loca propuesta. Su caos era bien recibido por un publico que seguía sin quitarse los chubasqueros. En otra ocasión espero estar mas predispuesto para su difícil apuesta sonora.

El plato fuerte de la noche estaba reservado para OSEES. El huracán impulsado por dos baterías explosivas, una guitarra frenética y unos sintetizadores chirriantes, unidos a esa actitud punk, era previsible era una apuesta segura. El recinto para reventar entre pogos, surfeos y un frenesí hilarante fue el premio a las horas de lluvia que habíamos sufrido. Un huracán sónico desplazó a otro atmosférico. ¡¡Ofrecieron todo lo que de ellos se puede esperar, la locura!!. El concierto más salvaje de todo el fin de semana con un público abarrotando el recinto y la energía desbordada.

El cansancio iba haciendo ya mella en mi cuerpo y decidí descansar un rato mientras FULL EARTH probaban sonido. La jornada había comenzado muy pronto y la noche ya avanzaba. El quinteto noruego había llegado al festival el día anterior y la relajación de la jornada previa ahora se tornaba en responsabilidad y profesionalidad. Tuve varias charlas con ellos las horas previas, especialmente con Ingvald, con el que había estado unas semanas antes en Croacia donde actuó en BearStone Festival como batería de MOTORPSYCHO. Estaba acompañado por sus padres que habían venido a ver su concierto y se notaba ciertamente orgulloso. Cuidando todos los detalles estaban preparados para mostrarse nuevamente ante el público de Krach am Bach. Hace dos años habían tocado en el segundo escenario con Kaanan y ahora repetían con su otro proyecto en el que los teclados y sintetizadores tienen un peso importante. Sabiendo a la audiencia a la que se enfrentaran nos regalaron una actuación que rayó los niveles del firmamento. ¡¡Que buenos!! Con un set corto en el que interpretaron largas canciones en la que repasaban el crisol de estilos que manejan. Psicodélicos, muy progresivos, espaciales, y  sobre todo, cuando las cosas se ponían serías, muy pesados y contundentes. No era de extrañar el delirio entre los que allí estábamos porque sonaran increíblemente poderosos en una equilibrada combinación de instrumentos. No sé dónde tiene el techo estos chicos, ya que con la juventud que tienen atesoran un talento desbordado. Seguiré teniendo puesto mi radar en ellos.

El punto final del festival estaba reservado para KYLESA. De nuevo con ausencia de los fantásticas visuales que habíamos tenido todo el fin de semana, la banda actuaba únicamente con su logo tras ellos. Su regreso a los escenarios después de 10 años de parón había despertado mucho entusiasmo entre sus seguidores y para mí era la oportunidad de verlos por primera vez en vivo. Ya agotado y pasada la medianoche, me propuse tratar de aguantar hasta el final, pero la verdad, tras hacer unas cuantas fotos y escuchar unas pocas canciones, decidí que el festival había concluido para mí. No fueron mi bocado favorito, y como tantas veces, me sorprendo de la reputación que algunas bandas tienen para muchos. A lo mejor soy yo el raro, pero no me aportaron nada nuevo. Banda pesada, con un sonido grave y rugoso y poco más. Espero que me perdonen sus fans. Traté de despedirme de todos los que me encontré en mi retirada, fundiéndome con múltiples abrazos de aquellos a los que vi, emplazándonos a vernos pronto, unos en SonicBlast, otros en Hoflarm, algunos de Down The Hill o en Tabernas, y seguro que coincidiré en varios de ellos, con un buen número de viejos rockeros enamorados de esta música psicodélica y pesada que tanto nos gusta y nos une.

No quiero terminar esta crónica sin reiterar mi agradecimiento a todo el staff de KRACH AM BACH por, una vez más recibirme con tanto cariño. Gracias chicos, nos vemos pronto.

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