Originarios de Colonia, ASTRAL KOMPAKT se reivindican como una banda pesada instrumental a tener en cuenta en la escena europea con su nuevo álbum ‘GOLDADER’. Construyendo sus canciones desde la sencillez y lo comprensible y siguiendo el legado de bandas como SLEEP o MONOLORD, utilizan elementos de otras como ROTOR o COLOUR HAZE creando un álbum que guarda el equilibrio entre lo pesado y lo psicodélico. Sus lentos y plomizos riffs siempre dejan espacio a mágicos desarrollos heavy-psych que te sumirán en un narcótico sueño para despertarte con la virulencia de un monstruo abominable. Partiendo de un argumento minimalista el joven trio evoluciona forjándose su propio carácter, y lo hacen manteniendo intacta su innata esencia Stoner. Así lograr que sus complejas canciones resulten sencillas para el oyente y su contundencia resulte deseable. ‘GOLDADER’ se revela como un léxico de todo lo que es progresivo y stoner, tocando y jugando con recursos estilísticos que también caracterizan al género metal en su conjunto. Desde los riffs irregulares polirritmias sutiles hasta el hipnotismo kraut, El exploran los elementos del género para crear su propio estilo, un estilo contundente, pero refrescante. La banda consigue enlazar sus intensos y demoledores riffs con mágicas y suaves melodías insertadas en la parte central de las canciones. No olvides su nombre, porque ASTRAL KOMPAKT a pesar de ser una banda joven y con mucho camino por recorrer, tiene las características y la vocación de hacerse oír con su pesado y psicodélico relato sonoro en el que no falta ningún ingrediente.
‘GOLDADER’ está disponible vía Tonzonen.
ASTRAL KOMPAKT son: Marc Faßbender (Bajo, sintetizador ),Roniel Müller (guitarra) y Julian Wolff (Batería)

Con una introducción creando una atmósfera de misterio, ‘Pirsch’ brota lentamente entre suaves pasajes psicodélicos bajo un tono exótico. Pero a los dos minutos todo explota en una deflagración de Stoner doom de manual intercalado con pausas heavy-psych de manual. Un buen termómetro para medir la intensidad y carácter del álbum. Una serpiente ondulante que muestra su poder. ‘
Susurrante y pausada, ‘Goldader’, la canción que da nombre al álbum gravita entre sintetizadores con un ritmo lento y una melodía suave. Una muestra del lado más psicodélico y mágico del trio de Colonia en el que escarban en legado heavy-psych para engrosarlo golpes de esa marcada vocación stoner que va en el ADN de la banda.
Las cosas se ponen mucho más virulentas en ‘Welwitschie’. Golpes de Stoner doom sobre una estructura psicodélica para poner a prueba las cervicales de sus fans, pero también para hacerlos flotar entre volátiles melodías llenas de encanto. Esos momentos lisérgicos siempre aparecen en las canciones de ASTRAL KOMPAKT, en esa dualidad entre la psicodelia y el Stoner más rudo y aguerrido.
‘Batavitsche Träne’ es una pieza única dividida en dos partes. En ‘Batavitsche Träne II’ encontramos ese lado hipnótico que logran a base de la repetición de acordes. Una treta que sirve para sumirnos en un entorno narcótico que estimulará nuestras neuronas. Haciéndolo con la crudeza de sus gruesos riff de vocación metal, y elementos ortodoxos del Stoner más arenoso. Entre idas y venidas, la pista sucumbe a humeantes espacios de pura psicodelia antes de retomar la contundencia en un final monolítico.
En el segundo parte, ‘Batavitsche Träne II’ las cosas no cambian demasiado. La estructura se mantiene dando paso a una parte central más experimental e incluso progresiva en la que los acontecimientos suceden con suavidad. Un bálsamo para el oyente que sirve de somnífero para un sumirnos en placentero sueño antes de despertarnos en la parte final con una nueva embestida de Stoner doom apocalíptico.
Otro ejemplo de la faceta Stoner-doom es ‘Ruin’. Una pista que conserva toda la ortodoxia del género en una ejecución a cámara lenta bajo una estructura sencilla y directa. Sus atronadores tambores y sus riffs difusos desatan las hostilidades en una canción de manual.
Retomando los pasajes psicodélicos, ‘Levitas’ emerge silenciosa para mostrase monstruosa y amenazante. La ferocidad de sus crudos y plomizos riffs, crean una ambiente denso y embriagador a partes iguales. Sin sutilezas, la pista se balancea de manos de riffs precisos y certeros que siempre golpean con fuerza. La canción anatomiza hábilmente el arte de derretir la cara, creando una experiencia en la que la verdadera pesadez se encuentra en el espacio entre los acordes distorsionados.