Crónica: KRACH AM BACH 2024

Con un nuevo sold-out como ya es habitual, la 29ª edición de KRACH AM BACH se presentaba diferente para mí en esta ocasión. Si habitualmente suelo llegar el mismo día de su inicio tras un vuelo desde Madrid, hasta Dusseldorf y después conduciendo hasta Beelen, en esta ocasión me tomé las cosas con mas calma, y me dirigí directamente conduciendo desde Madrid unos días antes. De esta forma compaginé el viaje con turismo en ruta y paradas recreativas. Una forma de aprovechar los 2000 kilómetros de distancia para disfrutar del viaje. Así y tras varias jornadas de viaje, llegaba el jueves por la mañana al recinto del festival, de esta forma podía tomarme las cosas con calma y huir del estrés de pasadas ediciones, en las que llegaba con poco tiempo antes de que la primera banda actuara. Al llegar a la primera persona que me encontré fue al propio Klaus, el artífice desde hace 29 años de este fantástico festival. Distendidamente y con un sofocante calor, intercambiamos impresiones y me comentaba algunos detalles desde la calma. El recinto lleno de personal ultimando todos los preparativos y las zonas de acampada completamente vacías, iluminaron mis ojos con una visión desconocida. Cuando en años anteriores había visto esos recintos de aparcamiento y acampada, me habían parecido grandes y confortables, pero verlos completamente vacíos me sorprendió. La magnitud de terreno disponible para que todo el personal se sienta cómodo, es algo que debo destacar, porque es difícil de imaginar realmente la cantidad de terreno que hay disponible para los campistas. No todos los festivales ofrecen a sus visitantes un espacio así. Ese y otros detalles fueron los que me enamoraron hace años de KRACH AM BACH. En esta ocasión, otra de las cosas que me llamó la atención fue el espacio entre el escenario principal y el segundo escenario. Este año la valla de separación había desaparecido en su mayor parte, lo que hacía que la sensación de amplitud creciera respecto a ediciones anteriores. La mañana trascurría y los primeros campistas iban tomando posiciones. A diferencia de los festivales en España, es habitual que la peregrinación de campers y caravanas, en tierras alemanas sea muy numerosa. Gente que viene totalmente preparada para pasar un fin de semana de fiesta escuchando a sus bandas favoritas. Eso se traduce en un relajado ambiente familiar en el que sentirse bien es la norma. Pero esa caravana de campistas se iba a encontrar con la lluvia a partir del mediodía. Ya en la tarde, se podía comprobar los estragos que el agua estaba haciendo sobre los prados de acampada. Los primeros charcos y barrizales hacían ya acto de presencia. Imprescindible unas buenas botas de agua para sobrevivir al fin de semana húmedo que nos esperaba. En esta jornada previa, también se produjo una fiesta en el recinto del festival junto a todos los vecinos de la zona de este. Un acto de camaradería que hace destacar a KRACH AM BACH ya que la comunión entre la gente de la zona con el festival es sencillamente exquisita. Así, entre las viandas que salían de una barbacoa a en manos de Uli, y cervezas se pasaba la jornada previa. La gran cantidad de gente que llegó el jueves me permitió rencontrarme como muchos amigos habituales de estos eventos. Un momento siempre entrañable en el que el cariño y las risas afloran entre unas cervezas o productos que salían de las distintas cocinas.

Todo estaba preparado para un fin de semana de fiesta y música que resultó una vez mas increíble. El alrededor de 3000 personas asistentes ya se iba terminando de ubicar a lo largo de la mañana y en el ambiente reinaban las buenas vibraciones que se mantendrían durante todo el fin de semana. En los dos días de festival se consumieron alrededor de 10.000 litros de cerveza entre risas y buena música.

VIERNES

La jornada comenzaba con una sorpresa para muchos de los presentes. Los texanos HIGH DESERT QUEEN se habían ofrecido a la organización para tocar un concierto sorpresa en la misma zona de acampada. Cuando me enteré de la noticia, pregunté a Klaus si sería un concierto acústico, y me confirmó que no, que iba a ser un concierto eléctrico, tomando la electricidad de la casa de un vecino de la zona. Es habitual que los habitantes de Beelen se vuelquen con el festival, ya que su impoluto desarrollo hace que cualquiera se sienta congratulado de tener a esas hordas de melenudos tatuados en sus tierras. Este tipo de sorpresa solo pasan en festivales como Krach Am Bach, festival que siempre trata de ofrecer lo mejor a su público, algo, digno de ser aplaudido. La banda de Austin hacía honor a la frase que sus paisanos ZZ TOP en la que decía que una buena noche de viernes en Texas dura hasta el lunes por la mañana, y eso se nota en su música. Con esa premisa el cuarteto ofrecía un concierto aguerrido, duro, y vibrante de energía. Tocando en el garage de una casa junto a la zona de camping, la banda sentía al público muy cerca, eso se notaba en las constantes interactuaciones de su cantante Ryan con el público cercano al escenario, incluso cantando a dúo con uno de los asistentes, bailando con un público que tenía ganas de fiesta y que se había encontrado con el warm-up perfecto para los esperaba en la jornada del viernes. Esta actuación fue un plus mas en un festival que siempre tiene cosas buenas que ofrecer a su público.

EL PERRO daba el pistoletazo de salida al festival en el escenario principal. La remodelada banda de Parker Grigs, desplegaba todo su arsenal de sonidos ácidos con el blues, la psicodelia y el rock de los 70’s como fantásticos argumentos para convencer a un personal que disfrutaba menormente con su actuación. La banda ofrecía un par de temas inéditos que aunque todavía no tenían nombre fueron presentados ante su audiencia. Con un Dorian a la guitarra intercambiando los papeles con Parker en las seis cuerdas. Mientras el bajo de Juaco retumbaba con cada nota. Si a esto unes una percusión vibrante el éxito estaba servido. Perfecta manera de comenzar el día en el escenario principal con los sonidos vintage de la banda californiana.

El sol mitigaba poco a poco el suelo del festival, castigado por las lluvias de la jornada previa. Si al comienzo de la mañana su aspecto no hacía presagiar una buena situación, poco a poco esos charcos se iban secando en algunas zonas, lo que hacía mas llevadera la estancia en el recinto. Aún así, las botas de agua eran un elemento fundamental para sobrevivir a la humedad del recinto.

Quien haya visto un concierto de A PLACE TO BURY STRANGERS sabe lo que espera, y la banda estadounidense fue fiel a su carácter indómito con un show alocando. Guitarras volando sobre el escenario hasta golpearse bruscamente con el suelo, distorsiones, efectos y una bacanal ruidosa que tuvo su momento álgido cuando la banda saltaba del escenario para situarse en medio del público en otro momento apoteósico. Rodeados por una audiencia enfervorecida y bailonga, el trio interactuaba desde ese espacio ante el delirio de la concurrencia. Si bien su apuesta musical no es de mi agrado, tengo que reconocer que su puesta en escena es vibrante y necesaria en un festival.

Tras las dos primeras bandas, los locales PSYCHOGARDEN abrían los conciertos en el segundo escenario. La banda local desplegaba todo su arsenal de sonidos pesados entre pasajes psicodélicos de alto nivel. Estaban ante su público, ante sus amigos, y eso se notaba en el enorme cariño que recibían desde la gente. El nuevo espacio de este segundo escenario permitía que el público se sintiera mas cómodo gracias a la amplitud conseguida con la remodelación. Un nuevo acierto de la organización para hacer que su audiencia se sienta mejor y más cómoda. PSYCHOGARDEN comienzan a consolidarse como una banda emergente que tiene cosas que decir. La solvencia de sus músicos y la energía de su cantante nos situaban en momentos más propios del siglo pasado, pero con una mirada en el presente. Así, alternaban sus pasajes psicodélicos con ratos de verdadera pesadez. prometedores.

WINE LIPS ofrecían un concierto colorista en el que su garage-rock empapado de psicodelia invitaban a la fiesta. Si hacía una hora A PLACE OF BURY STRANGERS habían puesto patas arriba el escenario principal, WINE LIPS, mantenían ese nivel provocando que los pogos se sucedieran el escenario principal para gozo de los presentes.

En el segundo escenario se preparaba una banda muy esperada entre la concurrencia. DELVING, el proyecto instrumental del líder de Elder, Nick DiSalvo salía a un escenario presidido por las lisérgicas proyecciones de los chicos de Sector7 Visuals, todo un plus para dar brillo a una actuación sublime como la que ofrecieron. Entre guitarra ensoñadoras, sintetizadores y armonías que hacía flotar al personal, DELVING se erigían como una de las bandas destacadas de la jornada con sus canciones instrumentales que aglutinan tanto elementos psicodélicos como progresivos.. Así me lo corroboraban los números amigos con los que comenté su actuación. Todos coincidían en lo fantástico que había sido su show.

Tras unos momentos incertidumbre, me percaté de que había habido un cambio en el orden de actuación y el turno de BLACK MOUNTAIN era sustituido por la adelantada actuación de los portugueses TRAVO En ese segundo y acogedor escenario el cuarteto desplegaba todo su arsenal psicodélico entre ritmo hipnóticos que inducían al frenesí del público. Caras de sorpresa y estupefacción por la avalancha sónica que son capaces de generar estos jóvenes músicos. Sin duda, la ilusión previa que me habían trasmitidos un rato antes mientras charlábamos tomando unas cervezas, hacía que la banda lo diera todo. Y ese derroche tuvo el reconocimiento de un público que no tiene reparos en dejarse seducir por propuestas desconocidas para ellos. Eso, junto a una brillante actuación sirvió para que los TRAVO, se erigieran como una de las bandas revelación del festival.  

Llegaba la hora de BLACK MOUNTAIN, una banda que hasta el momento no había tenido la oportunidad de ver en directo y que tenía marcada en mi agenda. Con un escenario ambientado con unos predominantes colores azul y rojo, los canadienses se presentaban en el escenario principal ante la ovación de los presentes. Sin mucha parafernalia comenzaban a desgranar su repertorio de rock psicodélico con influencia progresivas bajo un ambiente inspirado en los sonidos de los 70’s. Austeros y sin alardes iban desmenuzando unas canciones melódicas con la perfección de un reloj suizo. Se notaba que estábamos ante una banda veterana que se encuentra en un nivel superior. Solos de guitarra ácidos y envolventes, un cálido órgano aportando un cierto tono retro, y la voz melodíosa de su cantante, eran suficientes argumentos para conquistarme. Sin renunciar la pesadez, sus canciones se llenaban de sentimiento, transmitiendo así una placentera sensación de liberación mental. Sin coreografías ni gestos impostados, la banda se centraba que tocar sus canciones llenas de cautivadoras sensaciones que hacían que los cuerpos flotaran. Esto no quiere decir que BLACK MOUNTAIN no sepan como imprimir musculo a sus temas, porque también supieron aportar esa pesadez mas propia de una banda Stoner. Una notable actuación que satisfizo mis altas expectativas. Nuevamente las proyecciones psicodélicas de Sector 7G Visuals crearon un ambiente mágico y psicotrópico, lo que dio aún mas brillo a su show.

La noche estaba llegando a su final, pero todavía quedaba el plato fuerte del día. Los daneses CAUSA SUI regresan al escenario de Krach Am Bach siete años después su última actuación aquí. En aquella ocasión se produjo en mi primer encuentro con la banda, y desde entonces están entre mis bandas favoritas. La banda había llegado unas horas antes de un largo viaje que les había dejado muy cansados según me comentaba en la previa a su actuación. Pero, tras reponer fuerzas con unas cervezas, una vez mas, volvían a cumplir con todo lo que se puede esperar de una banda de su calidad. Porque CAUSA SUI, ejecutan una psicodelia diferente a muchas bandas. Con ellos la oscuridad no existe, sus canciones se impregnan de los colores de las flores, de las olas, de las puestas de sol, y eso, les hace únicos. Envueltos en unos visuales sensacionales, CAUSA SUI alternaban mágicos pasajes instrumentales, con ritmos que no reniegan del calor tropical, ni del jazz, pero tampoco lo hacen de la contundencia de unos riffs que se tornan gruesos por momentos, contentando así a todo el espectro de fans. Esta claro que estos chicos juegan en otra liga, ellos están en un estado superior, y lo demuestran en cada una de sus actuaciones. A pesar de ser una banda que no se prodiga mucho en directo, he tenido la fortuna de verlos en seis ocasiones y en todas ellas, han realizado un concierto diferente, pero todos exquisitos, y el del viernes en KRACH AM BACH, fue sublime, una vez más. ¡Que sorpresa!, jaja. ¡¡¡LARGA VIDA A CAUSA SUI!!!

Mis temores sobre la presencia de la lluvia y lo que eso iba a suponer en el estado del recinto del festival afortunadamente no se cumplieron y el sol y el calor fueron los que presidieron una jornada inigualable de buenas vibraciones y fantásticas bandas. El primer día había concluido y el cansancio ya hacía mella en mi cuerpo, por lo que me dirigí a mi hotel en la cercana localidad de Warendorf.

SÁBADO

El sábado nos recibí con una temperatura de 22 grados y el cielo despejado, por lo que el tiempo no iba a ser ningún inconveniente para disfrutar intensamente del día. Aunque bien es cierto que las inclemencias meteorológicas no impiden nunca en tierras alemanas que la fiesta siga. No obstante, mis botas de agua no faltaban en mis pies. Sin duda, eso unido a mis pantalones cortos no hacían que llevara el look más glamuroso del mundo, pero el barro de algunas zonas del recinto hacía aconsejable su presencia, aunque ciertamente la situación mejoraba y algunos charcos, iban secando gracias a sus cálidos rayos del astro rey.

Los holandeses SPLINTER abrían las hostilidades con ese rock vintage divertido que les caracteriza. El ambiente lúdico daba sus primeros pasos al ritmo de los divertidos ritmos de la banda con su cantante, como siempre, danzando e interpelando a un público que comenzaba con los primeros bailes de la jornada.  Con un curioso look bizarro su cantante aparecía en el escenario con un minúsculo pantalón corto mas propio de mediados de los 70’s y unas botas camperas poniendo la nota de color en el inicio de la jornada.

La banda holandesa afincada en el Reino Unido BLACK HELIUM eran los encargados de iniciar los conciertos en el segundo escenario. La propuesta psicodélica del trio encajaba a la perfección con el espíritu que caracteriza ese pequeño y familiar espacio. Un lugar para demostrar las habilidades psicodélicas de las bandas emergentes en el que BLACK HELLIUM brillaron a un gran nivel sumiéndonos en un hipnótico sueño lisérgico con sus envolventes y cautivadores riffs. Notable actuación. 

En el escenario principal, llegaba la hora de ORBITRON. Otra de esas bandas que no había visto nunca en directo y que en disco había despertado mi curiosidad. Su guitarrista regresaba al escenario de Krach Am Bach 20 años después para dirigir a una banda solvente. Pasajes psico-progresivos se entrelazaban con momentos de sonidos pesados en un equilibrio que funcionó y que satisfizo a gran parte de una audiencia gratificada con la actuación de la banda alemana. El pasado y el presente unidos en una apuesta sonora con muchos matices que apreciar. El comienzo de la tarde se llegaba de efluvios psicodélicos en jams intrincadas ejecutadas con absoluta solvencia psicotrópica. Entre ritmos kraut y momentos espaciales, ORBITRON ejecutaban un show cósmico de alto nivel.  Una grata sorpresa que cumplió mis altas expectativas.

De regreso al segundo escenario los franceses ¡GERALD! Eran otra banda curiosa y particular. Una apuesta sonora muy loca que no se encuentra al alcance de todos los oídos y que me dejo con sensaciones encontradas. Originales y eclécticos, hubo momentos en los que no conseguí conectar con ellos, en contraste con otros en los que me sorprendieron. Originales y no entendidos por todos.

Tras la salida de la banda de Andreas, no había tenido la oportunidad de comprobar en vivo como sería los nuevos HUMULUS.  Lo cierto que Thomas, su nuevo guitarra y cantante encaja perfectamente en una banda solvente. Una banda que sabe como llevarnos al éxtasis con melodías ensoñadores, pero que también se maneja a la perfección entre riffs Stoner que incluso coquetean por momentos con el doom. En esa fusión de elementos los italianos volvían a dejar patente que son una banda madura y que sabe lo que quiere. Eso se traduce en actuaciones que hacen gozar a la audiencia como así ocurría en la tarde del sábado. El trio de los chicos de los ojos azules volvía a dejarme un excelente sabor de boca, que se culminaba con el regalo que me hicieron de una de las cervezas que llevan su marca. Una cerveza negra con mucho cuerpo que recomiendo que probéis si tenéis la oportunidad, la guinda a un pastel sonoro sumamente apetitoso.

Desde Francia, KARKARA llegaban como una banda emergente, y fresca con cosas que aportar. Con una puesta en escena en la que los elementos vintage (con monitores del siglo pasado poniendo el ambiente sobre el escenario), el trio sorprendía a gran parte de la audiencia con un frenesí psicotrópico mas propio de tiempos pasados. Pero ese sonido que bebe de la acidez y el futurismo de los 60’s se colorea con hipnóticos y frescos ritmos que invitan al baile. Todo un vendaval que fue muy bien recibido por una audiencia que disfrutó enormemente de su actuación entre bailes contagiosos y momentos de verdadera locura sónica.  La corroboración de que las sensaciones que me habían transmitido en disco, en vivo son incluso mas interesantes.

La tarde avanzaba y llegaba la hora de los griegos TUBER. Una interesante banda que ya había visto hace unos años en Freak Valley, y que, con una puesta en escena austera, se las ingeniaban para sumirnos en un profundo sueño meditativo. Su sonido, cercano al que sus compatriotas Naxatras ejecutan, se nutre también de momentos de virulencia sónica en la que los ecos del desierto están muy presentes. Con dos guitarras y una tercera ejecutándose en algunos momentos, el sonido envolvente de TUBER lograba conectar con un público habituado a este tipo de propuestas sonoras. Los griegos son capaces de sumirte en sus particulares agujeros negros con un sonido cautivador que te atrapa irremediablemente. La banda fue despedida con una enorme ovación por un recinto abarrotado que pedía insistente una canción mas tras la conclusión de su actuación. Ese momento me pilló en el escenario, lugar en el que se vivieron momentos de confusión e incertidumbre, sin que finalmente los griegos nos obsequiaran con más música fascinante. Su actuación corroboraba que TUBER son una banda para tener muy en cuenta, porque calidad no les falta.

MADMESS era una banda algo desconocida para muchos de los presentes. La gente me preguntaba sobre ellos y mi respuesta era que no deberían perderse su actuación. Porque este trio se maneja a la perfección en esa atmósfera de rock ácido mas propio de los 70’s. La incisiva guitarra de Sampaio emulando al mismísimo Hendrix, y esos ritmos contagiosos que gravitan entre los espacios psicotrópicos y el heavy blues vintage, eran una apuesta de éxito segura.  Muy poco tardaron en conseguir que las cabezas del público que llenaba el segundo escenario se balancearan constantemente en un headbanging que no tenía vuelta atrás. MADMESS se habían metido el público en el bolsillo con canciones largas que por momentos nos acercan al sonido de Earthless, pero que también viven con autenticidad el rock de siempre, ese rock musculoso tan apetecible. Soberbios, la banda fue despedida con una enorme ovación a la altura de una brillante actuación.

Como punto álgido de la noche los británicos ORANGE GOBLIN se encargaban de hacer lo que mejor saben. ORANGE ‘fuckin’ GOBLIN no es una banda de sorpresas, ellos se ciñen a su guión, y el resultado siempre es correcto. Su heavy-metal con tinte Stoner y algunos momentos psicodélicos eran la excusa perfecta para que la fiesta (o la continuación de la fiesta mas bien) se desatara definitivamente sin vuelta atrás. La energía de su cantante Ben Ward está al alcance de pocos. Curtidos en mil batallas ORANGE GOBLIN saben a la perfección cual es su papel, y este no es otro que transmitir su energía a su público haciendo que el desenfreno aparezca y los pogos y los episodios de crowdsurfing se sucedan. Seguramente no es la banda que mas encaje con la vocación musical del festival, pero ellos, son una de esas bandas que siempre has de tener en un line-up que se precie. En su nivel.

La jornada avanzaba, pero todavía quedaba una de las grandes sorpresas del festival por llegar. VERSTÄRKER. El trio instrumental salía al escenario de riguroso negro con una puesta en escena sobria que nos depararía las mayores sorpresas de la jornada. Desde la primera canción sus hipnóticos ritmos kraut golpeaban en el público activando sus neuronas.  Las primeras filas junto al escenario eran un sinfín de bailes y meneos de cabezas atrapadas por la propuesta sonora de los estadounidenses. Con una ejecución magistral y un sonido atronador iban desgranando unas canciones que gravitaban en la frontera de la electrónica el post-punk bajo un motorik implacable. Si durante el fin de semana alguna banda nos había sumido en este tipo de trance, ninguna lo hizo de la forma que VERSTÄRKER. La diversión estaba servida hasta que, agachados sobre sus pedaleras, tanto bajista como guitarra nos situaban en un silencioso espacio drone. Lo que en un principio podía parecer la introducción de una de sus canciones se convirtió en unos minutos de incertidumbre entre un público estupefacto. Todo el ritmo había desaparecido, los bailes se habían pausado y las caras de la gente miraban al escenario preguntándose que estaba pasando. Una isla en un océano de vibraciones neuróticas que la banda se había tomado como experimento o no se muy bien qué. Al terminar este momento, la banda agradecía el respeto del público por esta parte de su show. A partir de ahí las aguas volvían a su cauce con un publico enloquecido y agradecido por el torrente sónico salido del escenario. Sorprendentes y sobresalientes en su papel.

El festival llegaba a su fin y solo nos quedaba uno de los platos fuertes, y también una de mis bandas favoritas, los noruegos THE DEVIL AND THE ALMIGHTY BLUES. Con el público esperando al comienzo de su actuación, el logo de la banda se reflejaba en el fondo del escenario entre magníficas proyecciones psicodélicas. Una larga introducción con cantos gospel, daba paso a la banda saliendo lentamente al escenario entre los aplausos de la gente. Con su cantante Arnt O. Andersen impertérrito de pie en un lateral al fondo del escenario, los primeros acordes de ‘Slat the earht’ sonaban desde esa guitarra cautivadora. Los noruegos son una banda que se toman su tiempo para hacer eclosionar sus canciones, y esa magia es aprovechada para sumir al oyente en un auténtico trance. En esta ocasión lo volvían a hacer bajo una vez mas, unos fascinantes visuales que engrandecían su actuación. Los blues psicodélicos con aroma a pantano eran esparcidos con su solvencia habitual entre una audiencia todavía muy numerosa, a pesar de las altas horas de la noche, y del cansancio acumulado. Parecía que nadie quisiera que el fin de semana acabara, pero la realidad era otra, así que solo nos quedaba disfrutar de las magníficas canciones que la banda ofrecía en un concierto magistral. ¡Grandes!

Si cualquier otro año, este hubiera sido mi final con el festival, en esta ocasión mi estancia en Beelen se prolongaba un día mas. Esto me permitió comprobar como se desarrollaban algunas cosas nada mas acabar el festival. Alrededor de las doce de la mañana del domingo comprobé con sorpresa que las zonas de acampada estaban completamente vacías a excepción de dos tiendas. El recinto recogido de basura y todo como si allí no hubiera pasado nada. Igualmente el segundo escenario había sido desmontado y las vallas de separación entre ambos recintos también habían desparecido. Esto me permitió tener una imagen diferente a un entorno que conozco desde hace tiempo pero que nunca lo había visto así. El gran trabajo de todos los que colaboran en la organización del festival, hacia que todo volviera la normalidad rápidamente. Aprovechando esos momentos de calma tras la tempestad, intercambiaba impresiones con la organización del festival, los que me transmitían su completa satisfacción por cómo se había desarrollado el mismo. Sus cansados rostros tras el esfuerzo realizado el fin de semana, esbozaban una sonrisa por el trabajo bien hecho. ¡¡Enhorabuena sois geniales!!!

AFTERMOVIE

Desde allí y tras unos días de ocio turístico me dirigí a Hoflarm, donde me esperaban fuertes emociones el siguiente fin de semana, pero eso es otro capítulo que os contaremos en breve, mientras comienza la cuenta atrás hasta la celebración el próximo verano de la edición 30ª aniversario de KRACH AM BACH, una edición que será especial y que ninguno deberíais perderos.

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