Alejado de las vibraciones psycho-doom de su banda MESSA, su guitarrista Alberto Piccolo nos ofrece un maravilloso álbum con su proyecto LITTLE ALBERT. Un trio que se zambullee en el blues del Delta entre ecos jazz, pasajes psicodélicos y golpes de música pesada. ‘THE ROAD NOT TAKEN’ refleja la habilidad para moverse entre estilos diferentes con canciones construidas con una absoluta solvencia. Si el trabajo de guitarra es notable, los registros vocales se muestran esplendorosos consiguiendo cautivar al oyente en un plácido escenario en el que el blues de Muddy Waters se mestiza con el sonido de bandas contemporáneas como THE BLACK KEYS. Abordando el concepto de elección el álbum se divide en una serie de reflexiones sobre el amor que salió mal, los arrepentimientos y la salud mental. Sin duda el ambiente a veces desértico y otras veces pantanoso, en el que se desarrollan las canciones supone un aliciente más para aquellos que todavía no se han dejado seducir por el blues más auténtico. Habiendo sido grabado con cinta analógica, el álbum irradia una vitalidad vintage que se enriquece y complementa con una vibra moderna más propia de la escena pesada del momento. Bien podríamos decir que ‘THE ROAD NOT TAKEN’ es como un pequeño paréntesis en la música pesada que Alberto ejecuta habitualmente en MESSA, y un verdadero regalo para aquellos que no tienen complejos en degustar un álbum, elegante, suave, sofisticado, auténtico, que se aleja del Stoner y el heavy rock, pero que no olvida sus raíces psicodélicas.
THE ROAD NOT TAKEN’ fue grabado, mezclado y masterizado por Matteo Bordin en Outside Inside Studio en Volpago del Montello, Italia. Producido y arreglado por Alberto Piccolo, con letra de Alberto Piccolo y Sara Bianchin (pista 1, 2, 3, 4), y está disponible vía Virgin Music y Universal Music.
LITTLE ALBERT son: Little Albert (voz, guitarra, teclados), Alex Fernet (bajo) y Diego Dal Bon (batería, percusiones).
Por la senda del blues ortodoxo y con una vibra bandas como Black Keys ‘Still Alive’ nos acaricia con sus hechizantes acordes y una cautivadora voz que pone la guinda a una composición serena pero penetrante. Sus contagiosas melodías calan con facilidad en el oyente bajo su comedida instrumentación. El ritmo cadencioso aporta un groovy pegadizo con el que llevar al éxtasis al oyente. El tópico de menos es más se plasma una vez mas en una canción que también nos ofrece solos virtuosos de guitarra con los que completar el hechizo.
Escarbando más aún en el legado del blues del delta, ‘Demon Woman’ nos traslada a un entorno pantanoso en el que los efluvios del blues se tiñen de psicodelia. Con un gran trabajo de guitarra, la pista nos recuerda el legado de grandes como Muddy Waters en otra pista rebosante de sentimiento.
Sin salirse del guion, pero mostrando una pesadez superior, ‘See My Love Coming Home’, se desarrolla entre nebulosa lisérgicas y todo el aroma del mejor blues. Construida a partir de un riff, la pista se muestra firme y sólida con su cuidada instrumentación. La voz sigue ejerciendo su rol con un tono más dinámico que solo cede ante las embestidas de ese blues ácido que sale con solvencia de las cuerdas de la guitarra. Una pista con un sonido contemporáneo que transita por un espacio heavy-blues empapado de psicotrópicos.
Reposando en un acolchado y gratificante espacio sonoro ‘Hiding All My Love Away’ parece acercarse al jazz para mostrarse sobrio y elegante. Una sofisticada pista con unos cuidados arreglos y versátiles elementos incorporados con acierto y sutileza. Si bien cada canción nos ofrece una visión distinta del blues, todas ellas contienen suficientes elementos como para conquistarnos.
Instalado en ese espacio sonoro en el que el blues se tiñe de jazz y psicodelia, la apacible ‘Blue and Lonesome’ mantiene el nivel con sus suaves pasajes. Tomándose su tiempo, la pista cuenta con delicados pasajes de piano acompañando una armonía sencilla que se repite entre partes vocales sumamente cautivadoras. En la parte central, la destreza de Albert a la guitarra queda patente una vez más.
En ‘Magic Carpet Ride’ seguimos descubriendo nuevas vías en la música de LITTLE ALBERT. Otro blues con elementos hard-rock y algún golpe de riffs Stoner hacen que la intensidad aumente en una pista que guarda el equilibrio entre la pesadez y el aroma del blues del siglo pasado. La pista so torna mas turnia gracias a su poderosa línea de bajo y a un ritmo más contundente.
En un álbum sin estridencias y con una línea argumental similar en sus canciones, ‘This House Ain’t No Home’ se nutre de sofisticados momentos jazz, que son insertados en su suave instrumentación entre golpes de riff mas contundentes que nos recuerda el origen pesado. Una canción ondulante que va y viene dejando espacio para la fuerza en sus sosegados pasajes. Otro corte elegante y sólido para cerrar un álbum brillante.
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