Desde una frontera mística donde Oriente se encuentra con Occidente, llega una maravilla psicodélica llamada ‘MASHALLAH PLAN’, el primer Lp de los serbios THE CYCLIST CONSPIRACY. Un colectivo musical formado por diez hombres y mujeres que crea delicias auditivas únicas y maravillosas para el alma, que embarcan a cualquier oyente en un gratificante sueño sin previo aviso. ‘MASHALLAH PLAN’ es un tapiz psicodélico que combina influencias de varias partes del mundo en una experiencia de rock ‘desértico’ única e impecable. Una pieza psicodélica monumental ambientada en los paisajes del norte de África y Oriente Medio, reforzada por unas magníficas canciones corales que se hacen paso entre potentes riffs Stoner. Un sutil y logrado puente que une la contundencia de las vibraciones de los desiertos californianos y las embriagadoras melodías de los desiertos de oriente. Pero no solo eso, porque en este fascinante álbum, podemos encontrar ritmos más propios de África, melodías turcas, y sonidos de Oriente Medio, hermanados con el hard-rock y desert-rock de una manera brillante. Con guitarras ácidas más propias de la West-Coast, una base rítmica que haría temblar las Montañas Rocosas, y una magia melódica que bien podría haber salido de las notas mágicas de un flautista en cualquier zoco de una medina de Oriente, estos chicos crean un álbum sin fisuras, completamente cautivador. Unos surcos llenos de alicientes que siempre nos van a sorprender para llevarnos por caminos que no hubieras imaginado. ‘MASHALLAH PLAN’ es una historia sobre un viaje espiritual en bicicleta. Este sencillo dispositivo revela su profundo simbolismo sólo a través del camino de mayor resistencia y, por lo tanto, representa un vehículo esotérico perfecto para la Edad Oscura que estamos viviendo.
THE CYCLIST CONSPIRACY o The (Anti)World Orchestra es la producción musical de The Little Brothers dedicada a Los misterios de la última época. Comenzó como un proyecto informal dentro de la Sociedad para el Desarrollo de los Estudios Alquímicos “Vasko Popa” en 2014, ahora es un grupo musical formado por diez almas masculinas y femeninas.
La orquesta obtiene influencias de varias partes del mundo mientras intenta evitar el eclecticismo superficial de la “new age” y dirige sus esfuerzos creativos hacia la síntesis de los elementos dados. Ya sea el Imperio Bizantino o los secretos caminos nómadas del desierto, los cafés llenos de humo llenos de sarnos y mujeres frívolas, o la estepa con el cielo sólo para chamanes, psicodélicos o turcos. rock, Medio o Lejano Oriente, los viajes que realizan los ciclistas nunca son la búsqueda del corazón de este mundo. A veces aparecían como una búsqueda simbólica de Constantinopla, el corazón del Imperio de Bizancio, pero siempre son la búsqueda del corazón de la única luz verdadera: Ágape.
‘MASHALLAH PLAN’ está disponible vía Subsound Records.
‘The Great Staurocycle’ palpita lentamente bajo una brisa psicodélica que nos empuja al particular mundo de la banda. Un espacio lisérgico empapado de aromas exóticos en un caleidoscopio sonoro místico y cautivador a partes iguales. Los coros angelicales aportan el tono devocional a un corte que nos señala con precisión el devenir del resto del álbum, aunque este, contiene muchos más argumentos como erigirse en uno de los mejores álbumes psicodélicos del año. La canción va evolucionando a un entorno más chamánico haciendo mutar el carácter de los cantos ceremoniales.
A golpe de hard rock, ‘Virility’ se nutre de sonidos orientales para mostrarse como una canción luminosa y de gran ritmo. Nuevamente las voces corales nos sorprenden entre sonidos ácidos más propios de la west-coast. En un segundo plano un bajo fornido y una batería contundente mantiene el equilibrio en el otro lado del espectro. El resultado es una canción de fuertes cimientos y pesadez envuelta en exóticos ropajes multicolor.
‘The Blood Of The Lamb’ nos sume en un caos de pesadez y voces corales atormentadas. Su carácter ceremonial va dando paso a una atmósfera heavy-psych con constantes cambios rítmicos que hacen mutar su espíritu y forma. El trabajo de la percusión destaca en una canción pesada y liviana a partes iguales. En esta ocasión la mirada a los sonidos y ritmos africanos está muy presente, pero también la tradición balcánica aflora con sutileza.
‘Bicyclism And Theology Excerpt’ pone la pausa como interludio atmosférico para introducirnos en ‘Deneb’. Una canción en la que el colectivo destapa el tarro de las esencias liberando bellas fragancias sonoras. Un cautivador paseo por un exótico Jardín del Edén en el que bellas melodías se van alternando el protagonismo. Evocadores pasajes en los que la banda despliega todo su potencial. Desde riffs Stoner más propios de los polvorientos desiertos californianos hasta volátiles melodías empapadas en vientos exóticos más propios de los desiertos arábicos. Una fusión perfectamente desarrollada en la que los cambios se suceden sin romper la dinámica de la canción. La esencia oriental sobrevolando polvorientos y desoladores espacios rugosos. ¿Stoner?, ¿desert-rock? ¿psicodelia pesada? ¿World-music? Elige tu mismo tu respuesta, porque seguramente, será acertada.
Entre vibraciones a caballo entre los sonidos fronterizos y la música tradicional de Oriente Medio, ‘Holy Maps Of Axum’ se contonea grácil a lomos de un caballo multicolor que aúna las distintas vocaciones sonoras de la banda. Con un predominio de la tradición oriental, los cantos corales y los sonidos exóticos se unen en una fiesta multi-étnica en la que todo tiene cabida. Ecos africanos, brisas orientales, y ritmos pesados conviven en una armonía sorprendente en la que también tienen hueco vibraciones más propias del jazz. Sin duda un tapiz multicolor que fusiona distintas culturas y sonidos con maestría.
‘Simorgh’ pone el cierre al álbum rebosante de esa psicodelia aromática que bebe de oriente con tanto acierto. Cantos magrebíes, nos sitúan en un espacio world-music, con fuertes influencias de la música tradicional. Los aromas arábigos ponen la nota de color a una pista dinámica en la que el ritmo te lleva siempre en volandas bajo la banda sonora de una medina de cualquier pueblo de Oriente. Con pasajes más sosegados a la vez que lisérgicos, el corte baja la intensidad en su parte central, con unos cantos más propios de Al Andalus, entre desarrollos con pinceladas progresivas. Otra canción impresionante.
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