Reseña: MISTER EARTHBOUND.- ‘Shadow Work’

El álbum debut de MISTER EARTHBOUND es una exploración sónica del lado más oscuro de uno mismo. Sus riffs abrasadores, voces inquietantes y ritmos de conducción te arrastrarán para explorar las profundidades pantanosas de tu propia mente. Puro blues psicodélico humeante rociado de una densa neblina con sabor a bandas como GRAVEYARD. La banda de Virginia nos ofrece un álbum narcótico en unas calmadas atmósferas no exentan de una poderosa garra rockera. Con canciones de un groovy contagioso, el cuarteto demuestra que sabe tocar sonidos ácidos, pero también magnetizarnos con bellas melodías que acaban por llevarnos a un placentero estado sensorial. Swamp rock de los 70’s enriquecido con una producción contemporánea con un resultado sobresaliente. Si, porque si sus tonos retro nos trasladan a la década pasada, sus riffs rugosos nos ponen en un espacio más moderno y pesado. Una combinación en la que caben tanto 13TH FLOOR ELEVATORS , como los PENTAGRAM de los primeros días, en una búsqueda del legado bluesy de SCREAMING JAY HAWKINS. Si a todos estos ingredientes añadimos una voz cálida y penetrante, la ceremonia chamánica está servida. ‘SHADOW WORK’ es uno de esos álbumes ideales para degustar acompañado de unos buenos cogollos de hierba, un álbum que gana enteros con cada nueva escucha, hasta volverse en una obsesión. Impactante, lisérgico, hechizante, y con las suficientes dosis de pesadez como satisfacer también a los fans del Stoner más ortodoxo. Sin duda un debut prometedor de una banda a la que ha que estar muy atento.

‘Not to know’ se desarrolla entre riffs retro en una atmósfera pantanosa en la que los elementos stoner se conjugan con alguna dosis de blues creando un sonido turbio con un groovy contagioso. Cadentes ritmos empujan el corte sin demasiadas estridencias hacia un entorno netamente psicodélico. Ahí el corte descansa en suaves pasajes entre una densa bruma, empapada de sustancias psicotrópicas. Coros espectrales aportan un cierto tomo chamánico antes de retomar su ruta por el camino desde el que partió.  Su sencilla estructura nos es un impedimento para que el resultado sea sumamente apetecible y digerible por el oyente.

Calmados acordes de blues nos introducen en ‘So many ways’. El tema mantiene una pausa envuelta entre pasajes psicodélicos en los que el blues se asoma con prudencia. Una especie de balada con la que la banda nos narcotiza en un placentero viaje a través de misteriosos paisajes con elementos electroacústicos. En la parte central las guitarras se tornan más ácidas y las voces más profundas lo que dota al tema de más cuerpo.  Impregnado en efluvios lisérgicos de una atractiva guitarra, el tema parece sumirnos en un narcótico sueño a través de bellas melodías que gravitan en un ambiente completamente psicodélico.

Sin salir de ese entorno sonoro ‘Coffin callin’ es otro corte lisérgico que nace desde el sosiego, para explorar con cautela nebulosos espacios dominados por una misteriosa calma. Aterciopeladas melodías y una instrumentación contenida van evolucionando sin estridencias repartiendo sobre el oyente un efecto balsámico acompañado por una cálida y sugerente voz. Con un cierto aroma vintage, los desarrollos se suceden imprimiendo carácter a una canción suave y sugerente. Para enriquecerlo, el tema se nutre de unos cuidados arreglos que elevan la intensidad en su parte final.

En una atmósfera más misteriosa, el blues ‘Hot foot powder’ sigue explorando un entorno pantanoso con ritmos más vibrantes y riffs que tienen a la aspereza. Sutiles elementos stoner nutren la canción de fuerza. Esto no significa que el corte abandone ese estado psicodélico ya que durante su desarrollo hay una oscilación constante de la intensidad.

Saliendo de la calma de los cortes anteriores ‘Wicked john’, con un magnífico ritmo retro explora entornos de blues oscuro con el suficiente gancho como mantener al oyente alerta. Con la mirada al frente, el corte avanza cadente ofreciendo bellos momentos en contraste con la rugosidad de algunos de sus riffs. Un balanceo con el que consiguen atrapar al oyente a un relato pausado, pero repleto de fuerza. Nuevamente los ecos retro afloran entre esos desarrollos de guitarra ´ácida tan presentes en todo el álbum. La canción bien podría datarse en los 70’s, a pesar de que los golpes de stoner están ahí, recordándonos en que siglo vivimos.

En una atmósfera de puro swamp-rock, ‘Weighed’. Se nutre de momentos blues, de psicodelia pesada y de acertados ritmos cadenciosos. Estribillos y coros fascinantes completan otro blues empapado en sustancias narcóticas para proporcionar un gratificante estado sensorial al oyente. Sin duda una perfecta banda sonora para explorar bosques húmedos y nebulosos en cualquier lugar del sur de la América profunda. En la canción se percibe una roma doorsiano que ya aparecía en alguno de los cortes anteriores, pero que aquí cobra una nueva dimensión. Las melodías vocales se contonean en su relato haciendo que el corte se muestre mucho más atractivo a pesar de su espíritu netamente heavy-psych.

Cerrando el álbum, la banda opta por los acordes acústicos de ‘No telling’ para poner el broche de oro a un álbum muy interesante y atractivo. La calidez vocal se adorna con algún acorde eléctrico para mantener ese estado lisérgico predominante en todo el álbum. A diferencia del resto de canciones, en esta ocasión son suficientes dos minutos y medio para transmitir al oyente toda su sensibilidad.  

Mister Earthbound

Deja un comentario