Reseña: FROZEN PLANET….1969.- ‘Not from 1969’

En activo desde hace una década, y con mas de una decena de álbumes a sus espaldas, los psycho-jammers australianos FROZEN PLANET…. 1969 siguen ofreciéndonos mas jams salvajes. Improvisaciones del siglo XX inspiradas en ese mágico año para la psicodelia que fue 1969. Su título es lo suficiente evocador como para aclararnos en que época vivimos, ‘NOT FROM 1969’. En su interior, tres largos temas en los que la psicodelia oriental impregna de aromáticas fragancias sus largos desarrollos. Y que contienen unas reverberaciones que están en constante evolución, ofreciendo distintos aspectos de la psicodelia moderna. Con implacables ritmos unidos a una hipnótica línea de bajo y a una guitarra que se desangra para ofrecernos su mejor versión. Todo cabe en estos anárquicos y magnéticos 45 minutos en los que las vibraciones llegadas de las antípodas nos envuelven en sus habituales atmósferas psicotrópicas. Es complicado reseñar un álbum nacido de la improvisación y que se desarrolla en largos temas (uno de ellos de 27 minutos), pero lo que, si puedo decirte, es que te dejes llevar por este gratificante viaje a los confines de la psicodelia contemporánea. Un viaje impulsado por tres tipos que dejan que su música fluya con un resultado magistral.

FROZEN PLANET….1969 son: Paul Attard (guitarra), Lachlan Paine (bajo), Frank Attard (batería)

Grabado, mezclado y producido por Frank Attard, masterizado por Philip Dust, con fotografía de Matthew Slager y un diseño y maquetación obra de John Debono-Cullen
NOT FROM 1969’  estará disponible en vinilo plateado en una edición limitada a 200 copias a través de HeadSpin Records en el próximo mes de febrero y en Cd desde ahora vía Pepper Shaker Records

Las vibraciones del medio oeste son el punto de partida de ‘Diamond Dust la primera de estas tres jams. Diez minutos de exploración psicodélica en los que las melodías flotantes de la guitarra nos ofrecen aromáticas fragancias de gran belleza. Con un trasfondo pesado, una cortina borrosa cubre los devaneos lisérgicos del trio.  Un corte intenso lleno de gratificantes reverberaciones en un insondable escenario con pasajes más calmados. Un flujo constante que es contenido por momentos para resurgir mas brioso y proseguir su camino por esos exóticos paisajes llenos de encanto. La jam atraviesa entornos más tortuosos en los que los efectos y distorsiones aparecen intensificando su sonido sin que por ello, pierdan el rumbo.

Con ritmos intensos y un bajo hipnótico, ‘Strangelands’ está dotado de un matiz casi espacial, con un guitarra que se contonea entre pedales y wah wah. Implacable en su base rítmica, el corte parece estar hecho de gruesas pincelas que crean un cuadro psicotrópico a semejanza de los que tienen acostumbrados desde hace casi una década. Con la improvisación como base de sus composiciones, consiguen una vez mas crean cortes compactos y con un hilo conductor que se va torneando, aportando diversos matices. Si en el tema anterior la guitarra se erigía como auténtica protagonista, aquí los laureles están compartidos con una línea de bajo completamente implacable. Sobre ella, los acordes de la guitarra se retuercen en mil cabriolas, mientras Frank, no cesa en su torpeo de los parches de su batería. Constantes borboteos con emanaciones de LSD a lo largo de site minutos llenos de color.

Con mas de 27 minutos de improvisación,‘Dissolver’ crea una espiral de sonidos lisérgicos que se amontonan ante el oyente. Una disonancia casi free-jazz en la que la anarquía de tres músicos inquietos y talentosos, que se dejan llevar por sus emociones. De nuevo, el bajo de Lachlan Paine crea ese entorno hipnótico sobre el que desarrollar su jam. Nebulosas coloristas con trazos espaciales con una línea de bajo que se te clava hasta el alma. Devaneos ácidos entre efectos y una variedad de ritmos independientes que consiguen sumirnos en un agujero negro. Las oscilantes reverberaciones van haciendo mutar la atmósfera sin perder su instinto lisérgico. Los tres músicos se retroalimentan con sus armonías, mientras Paul colorea los ritmos con pinceladas de una guitarra que incide sobre la misma nota.  Sin darnos cuenta nos vemos inmersos en una fiesta llena de ritmos contagiosos con momentos kraut, tonos cósmicos así como juegos replicantes entre instrumentos que llegan a explorar territorios progresivos por momentos

Frozen Planet 1969

Pepper Shaker Records

HeadSpin Records

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