Reseña: WOODEN FIELDS.- ‘Wooden Fields’

Tres constelaciones de la escena retro rock sueca se unen en una nueva conjunción astral con el nombre de WOODEN FIELDS. El nuevo supergrupo formado por el vocalista y guitarra Sartez Faraj (Three Seasons , Mouth Of Clay) el bajista de Siena Root Samir Erickson y Fredrik Jansson Punkka (Witchcraft, Angel Witch) en la batería, publica su álbum debut vía Argonauta Records. Toda una bacanal de riffs difusos y sonidos penetrantes de guitarra, grandes ritmos con un groovy contagioso unido a voces conmovedoras y características, permiten que WOODEN FIELDS te lleve en un viaje entre las esferas vintage de los 70 y los himnos del rock moderno, pesados, bluseros, ​​pero pegadizos. Estamos ante tres veteranos de la escena hard-rock sueca por lo que este fascinante nuevo proyecto, a buen seguro se convertirá en uno de los referentes de los amantes de retro rock contemporáneo. Este debut es un álbum que te aplasta, haciendo que sus melodías hagan que el corazón de los fans del rock vintage lata más rápido. Está claro que el trio no descubre nada nuevo, pero ¡¡joder!! son muy buenos, y saben cómo componer e interpretar muy buenas canciones. Estamos ante un álbum de puro hard rock 70’s, con canciones que se estructuran con un fascinante groovy y en las que siempre afloran momentos psicodélicos y de blues. Sus ondulantes temas miran al pasado, pero se muestran contemporáneos en sus formas, a pesar de tener una estructura similar. Con un cálido sonido analógico la sensualidad de las melodías vocales, la acidez de la guitarra y el calor del bajo, facilitan que cada canción sea una gratificante experiencia para el oyente. Solo me surge una pregunta, ¿Tendrá continuidad este proyecto? ¿Los veremos pronto sobre un escenario? Me temo que solo el tiempo nos dará la respuesta, pero por el momento, saca tus pantalones de campana, sube el volumen, y disfruta de uno de los mejores trabajos de rock clásico de los últimos tiempos.

WOODEN FIELDS son:
Sartez Faraj – Guitarra, Voz
Samir Eriksson – Bajo, Voz
Fredrik Jansson Punkka – Batería

‘Read the sings’ te atrapa desde sus primeros riffs. Frenético, vintage y con unas seductoras melodías vocales, la canción camina por la senda del rock clásico. Tambores diabólicos, un bajo magnético y unos solos afilados construyen el tema proporcionando al oyente un estado de euforia. Rock a la vieja usanza con un sonido analógico que gravita en una esfera retro en la que el trio se siente con total comodidad. Wah wah, platillos chispeantes y unas cuidadas melodías hacen el resto.  Impactante y directo, el corte no hace prisioneros.  

El wah wah cadencioso de ‘Shiver and shake’ nos introduce en un nuevo viaje en el tiempo. El blues aflorando entre esa guitarra impactante y un groovy portentoso, conquistan al oyente con medios tiempos y un sonido ondulante. Esa atmósfera añeja se complementa con coros que funcionan en su serpenteante deambular. El tema nos ofrece algún guiño psicodélico y un aroma a medio oeste atrapándonos en su cadente y contagioso ritmo. Cualquiera diría que estamos ante una canción compuesta a comienzos de los 70’s, pero no, esto es Suecia en pleno Siglo XXI.

‘Show we care’ es una canción bulliciosa y divertida con estribillos que se repiten en su introducción para cambiar el escenario a prados más psicodélicos en los que el trio se muestra seductor. Aquí, mientras las aterciopeladas melodías nos susurran, la base rítmica se eleva mostrando un sonido grueso. En ese entorno los solos afilados se presentan mostrando toda su acidez. La canción frena su impulso para tomar fuerzas en nuevas arrancadas conjugando pausados pasajes lisérgicos por el retro-rock más reconocible.

Los fuertes tambores de ‘I’m home’ nos presagian una nueva embestida de rock vintage. En esta ocasión amortiguando su sonido, el blues se asoma a un tema que se desarrolla contenido. Los estribillos contagiosos dan paso a pasajes llenos de sentimiento en los que los elementos psicodélicos vuelven a aparecer. Con un registro vocal más desgarrado y la guitarra más afilada, el tema camina entre espacios psicotrópicos custodiados por el magnetismo de la línea de bajo de Samir.

‘Don’t be a fool’, el tema más largo del álbum con sus casi siete minutos muestra a la banda en su faceta más sensual. Aterciopeladas melodías de rock clásico nos seducen con toda su belleza. Suave y algodonado, el tema es un bálsamo gratificante. Elegante y refinado, sus melodías muestran la maestría y buen hacer de estos brillantes músicos en un tema que bebe del blues. La calidez vocal hace que la canción sea un estimulante analgésico para los sentidos, sin que por ello WOODEN FIELDS renuncien a las habituales subidas de intensidad. Esos momentos álgidos son presididos por los solos lisérgicos y una estructura que convierte la canción casi en una jam. El tema es todo un regalo para los oídos más exigentes.    

Los riffs retro rock aparecen nuevamente mostrando todo el carácter de la banda en ‘Wind of hope’. Un corte cantado con voz aguardentosa con poderosos riffs, y un atrayente groovy de rock vintage. Pinceladas de blues, y un tempo lento, construyen con paciencia el tema. Aquí la línea de bajo adquiere un mayor protagonismo mientras sus melodías nos atrapan en una nueva espiral de rock setentero en la que no faltan las atmósferas psicodélicas. Repitiendo la estructura de la mayoría de las canciones, el tema pasa por momentos de calma para elevarse con solos asesinos, así como voces y estribillos con mucho gancho.

Nuevamente las suaves melodías afloran en ‘Endless time’. A modo de balada, la canción refleja un espíritu optimista en el que el rock clásico encuentra su sitio para desarrollarse entre floridas atmósferas. Con constantes meandros en su desarrollo, la guitarra ofrece brillantes desarrollos en los que sus cuerdas se retuercen en solos penetrantes. Un plácido epílogo para un álbum brillante.

  

Wooden Fields

Argonauta Records

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