Sin hacer mucho ruido, los británicos THE BLOODY MALLARD acaban de publicar su debut «REALM». Uno de los mejores trabajos editados en este mes y en el que a través de siete cortes instrumentales, dejan patente la calidad del trío londinense. Con una pesada base rítmica y desarrollos monumentales que van desde las finas texturas post-rock, a sonidos hermanados con el metal, logran tejer un denso y bello tapiz sonoro que consigue atrapar al oyente. Su líder y guitarrista Tom Walding, después de experimentar con melodías, ritmos y tonos que recordaban muchos viajes de setas en la zona rural de Kent, los segmentos sónicos finalmente se formaron en canciones que se convirtieron en el álbum, «REALM». Tras esto, cualquiera se podría preguntar: ¿A que suena realmente esa experiencia?. La respuesta bien podría ser: A sonido que evoca la pesadez de bandas como YOB o ELDER, con la finura estilística de PINK FLOYD, la experimentación de KING CRIMSON aderezado con un cierto aroma rural evocador de ancestrales relatos de cuentos y leyendas. Un bosque sonoro en el que los efectos de los hongos mágicos se sienten a través de la psicodelia subyacente conjugándose con la belleza floral de los pasajes progresivos y post-rock, en unas atmósferas que por momentos se oscurecen para acercan a la banda a las cavernas doom. Un resultado armónico que pasa por distintas fases, desde lo inquietante a lo reconfortante sin perder su eclecticismo. Sus cuidadas y elaboradas melodías nunca parecen construidas al azar, de hecho, cada canción evoluciona con giros y ondulaciones que cambian su vocación para enriquecer cada armonía y conseguir un sonido orgánico que fluye con naturalidad entre múltiples poliritmos haciendo que los temas se compacten. Un trabajo dinámico que hace que los temas se engrandezcan en su avance, pero siempre en una explosión contenida. Un magnífico debut que me hace augurar que la joven banda londinense consiga estar boca de numeroso publico en próximos tiempos. Un cautivador álbum recomendable tanto, para los amantes mas purístas del rock progresivo, como de los de la psicodelia pesada
El álbum fue producido grabado y mezclado por Jarred Hearman (Katy B, Wretch 32, Mammal, John Butler Trio, The Prodigy, Slipknot) en Konk and City Sounds Studios y The Gin Factory.
THE BLOODY MALLARD son: Tom Walding (Guitarras), Raihan Ruben (Bajo) y Jake Bradford-Sharp (Batería).
“Haemoglobin” el tema más largo del álbum con sus once minutos, abre con delicadas más propias de la escena post-rock para transmutarse inmediatamente a un escenario de pesadez más propia del doom. Pesados riffs y tambores explosivos llenos de una fuerza capaz de generar monumentales espacios sonoros en un auténtico frenesí de ritmos y riffs. Entre esta eclosión lograr insertar elementos psico-progresivos que a la postre forman la identidad de los ingleses. En contraste con la eclosión anterior, hacen descender el tema a bellos prados sonoros siempre bordeando la frontera del post-rock. Tomándose una pausa por estas mágicas estancias palaciegas tras un pequeño reposo en su intensidad vuelve a elevarse por majestuosos espacios progresivos con una tupid instrumentación. En un nuevo giro argumental, misteriosos y susurrantes desarrollos se apagan silenciosos. Los sutiles y elegantes acordes nos despiertan de este maravilloso sueño en el que nos han sumido para volver a la grandilocuencia de ese sonido grueso y pesado del que hacen aflorar aromáticos y delicados acordes de guitarras soportados por un escenario post-rock.
En un contraste entre los calmados acordes semi-acústicos y los tonos progresivos, “Subject to entropy” con la grandilocuencia del pesado y fornido bajo la banda coquetean con sonido más propios del Stoner-doom sin terminar de deshacerse se ese sonido entre el post-rock y el rock progresivo al uso. En su parte final el tema desciende a entornos más rurales a través de acordes acústicos que hacen que el tema se evapore lentamente. Inspirada en las teorías de la entropía e influenciada por esos riffs doom y stoner, la canción fue escrita con afinaciones, fuzz y distorsión mezcladas con capas acústicas para reflejar la naturaleza de la entropía. Los pensamientos, sentimientos, actividades y existencia sin fin de cada uno están sujetos a los elementos de la naturaleza. La canción tiene como objetivo crear esa realidad envolvente y fue escrita con la intención de dar al oyente la libertad de interpretar el terror o la comodidad.
A modo de susurrante interludio, “Reversion”, nos arrulla con una extraña delicadeza.
“Noble rot”, evoluciona desde calmados y hechizantes pasajes entre setas mágicas para elevarse a momentos turbios y plomizos en ese bosque hechizado del que afloran flotantes pasajes floydianos. Todo un mundo de fantasía psicodélica que se va describiendo con unas cuidadas melodías que conjugan belleza y fuerza sobre el escenario que mejor se mueve el trío. Éste no es otro que esos espacios psico-progresivos que con tanto acierto son capaces de describir como relato de cuentos y leyendas del pasado en los que la épica está presente.
Mostrando su faceta más pesada, “Ceremonious Synapses”, un tema dividido en dos partes arranca con fuerza con sus crujientes y plomizos riffs herederos del hard-progresivo llegado de los 70’s. Abandonando los pasajes de ensueño, un fornido bajo y afilados solos de guitarra tratan de aflorar entre la densa base rítmica. Un contraste efectivo en el que los tonos vintage consiguen enganchar al oyente al tema y a su particular narrativa, especialmente en su primera parte. A pesar de la contundencia, no faltan esos momentos más pausados, pero en esta ocasión con un carácter más rugoso.
Explorando temáticamente el tema de las vías neuronales y los comportamientos dentro del cerebro humano. La conciencia y los comportamientos humanos pueden estar vinculados a la estructura de estas redes neuronales y basarse en ciertos acontecimientos en la vida de una persona (ambientalmente, traumáticamente, meditativamente) estas vías pueden alterar. El tema supone unas narrativas temáticas del esfuerzo consciente por cambiar estos caminos; parte I) centró uno el físico friccionado y disciplinado, mientras que la parte II) se centra en el nivel más profundo y subconsciente espiritual del cambio.
En la segunda parte del tema “Ceremonious synapses (II)”, dejan de lado la pesadez para sumergirse en atmósferas progresivas con constantes cambios y giros estilísticos. Con un sonido que siguen siendo rugoso paulatinamente se van limando para dejarse llevar por desarrollos en los que la psicodelia tiene un mayor protagonismo.
Este maravilloso debut, cierra con “Dawn”, en la que ejecutan un sosegado y sigiloso paseo por apacibles atmósferas a modo de epílogo. El descanso para el guerrero después de las batallas anteriores parece mostrarle el camino de vuelta a casa en un corte poco trascendente en el conjunto del álbum.
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