Reseña: BLACK PYRAMID.- The paths of time are vast’

Tras una década de silencio, los gigantes psicodélicos estadounidenses BLACK PYRAMID regresan con ‘THE PATHS OF TIME ARE VAST’. Una pequeña obra maestra de pesadez cósmica en la que los elementos stoner-doom habitan en un espeluznante y maravilloso escenario lisérgico. Sin duda los fans más acérrimos de la psicodelia pesada están de enhorabuena, pero también aquellos que gustan de esos riffs contundentes en los que el género adquiere una nueva dimensión. Su sonido masivo generado por una tormenta de riffs se mitiga con cuidados arreglos que reflejan el poder alquímico de esos hechiceros de las vibraciones heavy-psych. A diferencia de sus trabajos anteriores, esta nueva entrega relata una historia épica de pérdida y redención, muerte y renacimiento, fuego y escarcha que se presenta casi como un álbum conceptual. Enlazando las historias de cada canción, el trio logra su propósito. Huyendo de los convencionalismos del doom tradicional, pero sin apartarse de ellos, BLACK PYRAMID saben cómo conquistar al oyente con canciones gloriosas. En esa ruta que venimos viendo en los últimos tiempos en otras formaciones pesadas, la banda busca nuevas ruitas sonoras usando la psicodelia pesada y los elementos progresivos para enriquecer un sonido ya de por sí majestuoso. Porque a pesar de transitar por sendas acolchadas, sus riffs siguen teniendo todos los ingredientes para conquistar al más exigente de sus seguidores. Usando un ritmo lento pero plomizo, BLACK PYRAMID saben cómo insertar esa guitarra mágica para hacernos caer rendidos a su magnífica propuesta sonora. La banda estará en un mes en Desertfest Berlin y allí estaremos para contaros como suenan estas hechizantes y fornidas canciones.

Trabajando con Justin Pizzoferrato (Dinosaur Jr., Witch, Elder) en Sonelab, el trío capturó impecablemente su magia visceral y su hechicería sónica mientras la magnificaba en la decadencia psicodélica de la experimentación en el estudio.  El resultado es igualmente inmenso y etéreo, masivo y de otro mundo, elemental e insustancial, tanto un terremoto como una proyección astral.  Cada canción encarna la energía cruda, el poder atávico y la interpretación apasionada del trío, yuxtaponiendo elaborados arreglos con una ardiente improvisación de forma libre.  Una obra imprescindible para todos los fans del stoner, el doom y la psicodelia pesada.

El líder Andy Beresky dice: «Este álbum es tu boleto dorado para viajar más allá de los reinos del nacimiento y de la muerte, para emprender el viaje a través de las muchas puertas de la realidad radiante y la dimensión oscura, para recorrer los senderos celestiales tallados en los cadáveres de las estrellas,  y finalmente saborear la inmensidad del tiempo y el espacio.»

«THE PATHS OF TIME ARE VAST’ está disponible vía Totem Cat Records.

BLACK PYRAMID son:
 Andy Beresky – guitarra y voz
 Eric Beaudry – bajo
 Andy Kivela – batería

Bajo todos meditativos ‘Bile, Blame And Blasphemy’ va armándose lentamente sobre una atmósfera psicodélica sobre la que caen los potentes riffs stoner creando una pista poderosa y lisérgica. Doce minutos en los que la banda conjuga todos los elementos con los que se dieron a conocer hace años. Las crudas y rugosas voces se entrelazan con un ritmo lento pero pesado y una vocación que navega en aguas psicodélicas en las que puntualmente aparecen corrientes progresivas. Su vigoroso ritmo mira al pasado en una canción en la que todos los tiempos parecen perfectamente predefinidos. La pista se envuelve en una neblina difusa con buenas dosis de fuzz narcótico haciendo que la pista se torne por momentos más alocada. Estos elementos no interfieren en el verdadero espíritu de esta monumental canción de tintes de epopeya y en la que no faltan ganchos deliciosos con los que atrapar al oyente. Brillante forma de abrir este fantástico álbum.

‘The Crypt On The Borderlands’ golpea con virulencia con riffs stoner-doom de manual en otro corte épico en el que los pasajes psico-progresivos adornan la monumentalidad y crudeza de su sonido. Está claro que estos chicos no se andan con tonterías, siendo capaces de modular un sonido pesado para que resulte atractivo gracias a la multitud de ornamentos melódicos que afloran entre las grietas de su rocoso sonido. De esta forma colorean una canción que cumple con los estándares del género, pero en la que también encontramos pasajes vintage rebosantes de épica.

Los meditativos efluvios psicotrópicos afloran en ‘Astral suicide’. Una canción que reposa en narcóticos pasajes con una instrumentación cautivadora que sirve como interludio antes de someternos a una nueva batalla sónica.

‘Take Us To The Threshold’ se eleva resplandeciente con juegos melódicos de gran belleza que enaltecen su grandilocuente relato sonoro. La destreza para usar elementos psico-progresivos no desmerece de los genes pesados de la banda. Aquí las voces juegan un importante papel entre andanadas de un torrente de riff y una batería poderosa. Esa tendencia a inclinarse a un escenario más progresivo es todo un acierto de una banda que muestra su solvencia y versatilidad para no caer en los convencionalismos del doom tradicional. En sus casi diez minutos, la banda explora territorios desconocidos (o no tanto), enarbolando la bandera del stoner doom con descaro. Al igual que alguna otra de las canciones, el carácter progresivo que imprimen a su psicodelia se traduce en otra pista grandilocuente y pesada. La pista ondula constantemente pasando de la pesadez extrema a la calma más gratificante. Acertada elección.

Dividida en tres partes, ‘The Paths Of Time Are Vast’ parece erigirse en la columna vertebral de un trabajo soberbio. Así ‘The paths of time are vast, part I’ sirve de introducción con sus escuetos dos minutos de calma expansiva para ponernos en la ruta con hermosos pasajes melódicos antes de entrar de lleno en faena.

La segunda parte, ‘The Paths Of Time Are Vast, Part II’ describe un espacio rugoso en el que la magia aparece sin rubor en una combinación verdaderamente cautivadora. La dualidad de su grueso sonido con la delicadeza de su melodía hace que sintamos en centro de una historia con tintes de epopeya. Usando esa lentitud en la ejecución de sus armonías, la fuerza no se disipa en ningún momento. Porque a pesar de transitar por sendas acolchadas, sus riffs siguen teniendo todos los ingredientes para conquistar al más exigente de sus seguidores. Una oda psico-progresiva en la que el stoner-doom adquiere una dimensión descomunal. Esos solos virtuosos más propios del heavy-progresivo de los 80’s encajan a la perfección en este particular puzzle sonoro. ¡Impresionante!

La tercera parte, ‘The paths of time are vast, part III’ se deja llevar por los tonos cósmicos de la psicodelia de los americanos. El epilogo perfecto de este capítulo en el que la banda se deja llevar por sus instintos más lisérgico-cósmicos apartándose de alguna manera de su pesadez innata. La pista prescinde de las voces y nos sumerge en un espacio sideral en el que los efectos nos envuelven en una bacanal psico-espacial con altas dosis de improvisación. La faceta más experimental de BLACK PYRAMID se manifiesta aquí para dejar patente que son una banda imprevisible.

El cierre llega con los superlativos quince minutos de ‘The Quantum Phoenix ‘. Entre intrigantes tonos cósmicos, la pista se toma su tiempo para elevarse y ponernos en la ruta. Un hipnótico y excelso bajo va marcando el camino mientras la guitarra exhuma efluvios lisérgicos. Lentamente los momentos doom aparecen con sutileza en una canción pausada con momentos en el que su crujiente sonido nos arrolla en un vendaval de riffs. La voz vuelve a poner el tono épico en otra poderosa canción pesada. Todo un paquidermo sonoro que avanza con paso firme sin volver la mirada atrás. Con resquicios del heavy-rock y el proto-doom de los 70’s el sonido se balancea entre ecos contemporáneos y vibraciones más propias del siglo pasado. Erigiéndose como la pista de mayor metraje del álbum, su contenido es todo un manifiesto de música pesada y psicodélica con un final más progresivo, algo que ya han mostrado en las pistas anteriores.  

Black Pyramid 

Totem Cat Records